Page 185 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
P. 185
sa, ha dicho que el asesino sería expulsado ignominiosa
mente de Tebas. Tiene que irse.
EL HOMBRE: TRES EN UNO
¿Cómo no ver en este relato que el enigma propuesto
por la Esfinge contaba el destino de los Labdácidas? Todos
los animales, tengan dos o cuatro patas, sean bípedos o
cuadrúpedos, sin mencionar a los peces, que no tienen pa
tas, todos poseen una «naturaleza» inmutable. Para ellos
no hay ningún cambio, del nacimiento a la muerte, en lo
que define su especificidad de ser vivo. Cada especie tiene
su propia condición, sólo una, una única manera de ser,
una única naturaleza. En cambio, el hombre posee tres es
tados sucesivos, tres naturalezas diferentes. Al principio es
un niño, y la naturaleza de éste es diferente de la de un
hombre hecho y derecho. Para pasar de la infancia a la
edad adulta, también hay que experimentar unos ritos de
iniciación que permiten franquear la frontera que separa a
las dos edades. Se pasa a ser diferente de lo que se era an
tes, se entra en un nuevo personaje a partir del momento
en que se deja de ser niño para descubrirse adulto. De la
misma manera, y eso aún resulta más exacto en el caso de
un rey, de un guerrero, cuando se mantiene sobre dos pies
es alguien, alguien cuyo prestigio y cuya fuerza se impo
nen, pero, a partir del momento en que se entra en la ve
jez, se deja de ser el hombre de la hazaña guerrera, se pasa
a ser, en el mejor de los casos, el hombre de la palabra y el
consejo sabios, y, si no, un lamentable desecho.
El hombre se transforma, sin dejar de ser el mismo, a
lo largo de esas tres edades. Ahora bien, ¿qué representa
Edipo? La maldición caída sobre Layo impide cualquier
nacimiento que prolongue el linaje de los Labdácidas. A
188