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ganaron todo aquel distrito. La puente de Huacachaca y todas las que hay
en el Perú son hechas de mimbre; la de aquel río que los españoles llaman
el Desaguadero es de juncia y de otros materiales. Está sobre el agua como
la de Sevilla, que es de barcos, y no está en el aire como están las de mim•
bre, según dijimos. En todo el Perú se cría una paja larga, suave y correosa,
que los indios llaman ichu, con que se cubren sus casas. La que se cría en
el Callao es más aventajada y muy buen pasto para el ganado, de la cual
hacen los Collas canastas y ces tillas y lo que llaman patacas ( que son como
arcas pequeñas) y sogas y maromas. Demás de esta buena paja se cría en la
ribera de la laguna Titicaca grandísima cantidad de juncia y de espadaña, que
por otro nombre llaman enea. A sus tiempos cortan los indios de las pro-
vincias que están obligados a hacer la puente mucha cantidad de enea y jun-
cia para que esté seca cuando hayan de hacer la puente. De la paja que he-
mos dicho hacen cuatro maromas gruesas como la pierna; las dos echan
sobre el agua; atraviesan el río de una parte a otra, el cual por cima parece
que no corre y por debajo lleva grandísima corriente, según afirman los que
han querido verlo por experiencia. Sobre las maromas, en lugar de barcas,
echan muy grandes haces de enea y de juncia, del grueso de un buey, fuer~
temente atadas una con otra y con las maromas; luego echan sobre los haces
de juncia y enea las otras dos maromas y las atan fuertemente con los haces
para que se incorpore y fortalezca uno con otro. Sobre aquellas maromas,
por que no se rompan tan presto con el hollar de las bestias, echan otra
mucha cantidad de enea en haces delgados como el brazo y la pierna, los
cuales van asimismo por su orden cosidos unos con otros y con las maromas.
A estos haces menores llaman los españoles la calzada de la puente. Tiene
la puente trece o catorce pies de ancho y m~s de una vara de alto y ciento
y cincuenta pasos poco más o menos de largo, donde se puede imaginar
qué cantidad de juncia y enea será menester para obra tan grande. Y es de
advertir que la renuevan cada seis meses, quiero decir que la hacen de
nuevo, porque los materiales que han servido, por ser de cosas tan flacas
como paja, enea y juncia, no quedan para servir de nuevo. Y por que haya
seguridad en la puente, la renuevan antes que las maromas se acaben de
podrir y se quiebren.
Esta puente, como las demás obras grandes, estaba en tiempo de los
Incas repartida por las provincias comarcanas, y se sabía con qué cantidad
de materiales había de acudir cada una, y, como los tenían apercibidos de un
año para otro, hacían la puente en brevísimo tiempo. Los cabos de las
maromas gruesas, que son el fundamento de la puente, entierran debajo de
tierra, y no hacen estribos de piedra donde las aten. Dicen los indios que
aquello es lo mejor para aquella manera de puente, mas también lo hacen
porque mudan sitio, haciendo la puente unas veces más arriba y otras más
abajo, aunque en poco espacio. El Inca, sabiendo que la puente estaba hecha,
sali6 del Cuzco con el príncipe su heredero y camin6 por sus jornadas hasta
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