Page 163 - Mahabharata
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1. El comienzo                                                                           143


                   Agni recibió con agrado la sugerencia, tras lo cual invocó a Varuna, el señor de los
               océanos, y le dijo:

                   —Varuna, tú posees un arco divino que te entregó Soma; también posees dos aljabas
               que nunca se vacían; por favor, dáselos a Arjuna. Dale también una carroza tirada por
               caballos veloces. Hoy Arjuna, con la ayuda de Krishna, va a realizar una gran hazaña, te
               ruego que le proporciones estos medios.
                   A lo que Varuna respondió:
                   —Suyos son.

                   Fue y trajo un hermoso arco, que en el pasado se hizo famoso en este mundo y en los
               otros, con el nombre de Gandiva. Tenía poderes mágicos. Ningún guerrero de los que lo
               poseyeron conoció jamás la derrota, era muy hermoso. Luego Varuna le trajo también
               dos aljabas de las que surgían flechas incesantemente sin agotarse jamás. Asimismo,
               le trajo una carroza equipada con cuatro caballos blancos, y que tenía un mono como
               emblema. Los caballos corrían más rápidos que el viento, e incluso que el pensamiento.
               Esta fue la carroza que ayudó a los devas a ganar la batalla contra los asuras. Brillaba
               como una nube refulgente atravesada por la luz del Sol. El ruido que hacía la carroza
               estremeció el corazón de Arjuna.
                   Arjuna se sentía profundamente agradecido y feliz, humillándose por eso ante los
               dioses que le habían favorecido. Hizo una pradakshina a la carroza y después de
               inclinarse ante el arco, cogió el majestuoso Gandiva con sus manos, se colgó las dos
               aljabas en los hombros y se postró ante Agni. Luego tensó el arco; el sonido de la cuerda
               era terrible, estremeció a Arjuna como nada le había estremecido hasta entonces. Agni le
               entregó el chakra a Krishna y le dijo:
                   —Con este chakra, podrás derrotar a cualquiera. Ningún deva se atreverá a desafiarte.
               Este chakra tiene por nombre Sudarsana; de hecho, es tuyo. Esta fue el arma con la que

               antaño conquistaste a los daityas. Ahora vuelve a tus manos después de mucho tiempo.
                   Varuna también le entregó a Krishna una maza llamada Kaumodaki. Arjuna y Krishna
               estaban inmensamente complacidos con estos dones. Arjuna subió al carro y le dijo a
               Agni:
                   —Ahora que estamos completamente equipados con todas las armas que nece-
               sitábamos, podemos enfrentarnos a cualquiera. ¿Por qué deberíamos temer a Indra,
               entonces?
                   Agni, que estaba inmensamente complacido, tomó forma de llamas y comenzó la
               destrucción del gran bosque Khandava. El fuego envolvió el bosque por todas partes.
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