Page 289 - Mahabharata
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que me pondrá a cargo de sus establos seré quien se encargue de cuidar los caballos del
rey. Le diré que mi nombre es Damagranthi.
Shadeva era ya el único que quedaba. Yudhisthira le dijo:
—Shadeva hijo mío, eres más sabio que Brihaspati, más diplomático que el mismo
Sukra, el divino preceptor. Eres el más sabio de los cinco pandavas, no hay nada que tú
no sepas. Eres un político como no he visto otro igual. Eres el hijo favorito de nuestra
madre. Cuando dejamos Hastinapura ella se sentía infeliz de sólo pensar que se iba
a separar de ti. ¿Cómo voy a dejar que tú, un niño, hagas servicio para un hombre
ordinario? Dime, Shadeva, ¿cuáles son tus planes?
Shadeva sonrió dulcemente y le dijo:
—Yo no soy un niño, mi señor, podré ganarme al rey con tanta astucia como mis
hermanos. Le demostraré mis conocimientos sobre las vacas. El ganado es la principal
riqueza del reino de Virata. Yo soy muy bueno ordeñando vacas y hago que produzcan
la mejor leche del mundo. Yo me manejo con los toros y las vacas tan bien como mi
hermano lo hace con los caballos. Le diré que mi nombre es Tantripala.
Yudhisthira miró entonces a Draupadi, y sintiéndose miserable e incapaz de pregun-
tarle qué planes tenía ella, le dijo:
—Draupadi, tú eres muy querida para nuestra madre, eres tan tierna y delicada.
¿Cómo vas a poder trabajar?, ¿qué podrás hacer? Estoy muy preocupado por ti y por tu
sensible naturaleza. Ya has sufrido demasiado como para tener que pasar disfrazada los
próximos doce meses. Dime, ¿qué vas a hacer?
Draupadi dibujó en sus labios una sonrisa encantadora y le contestó:
—Mi señor, no tienes que estar preocupado, cuando tú, que has sido el señor del
mundo, eres capaz de realizar servicios tan insignificantes; cuando Bhima, que jamás
ha obedecido a nadie excepto a ti, ofrece sus servicios como cocinero del rey; cuando
mi Arjuna, el más grande de los arqueros del mundo, vencedor incluso del gran Indra,
ofrece sus servicios como cantante y bailarín; cuando este hermoso Nakula ofrece sus
servicios como cuidador de establos; cuando Shadeva, el sabio y gentil Shadeva ofrece
sus servicios como pastor. ¿No voy yo a hacer algo para que estos doce meses pasen lo
más tranquila y rápidamente posible? Seré Sairandhri, me dirigiré a la reina y le diré que
soy una gran experta en belleza femenina, le diré que sé hacer cien peinados diferentes
y le enseñaré a hacer hermosas guirnaldas de flores de diversas formas y tamaños. Le
enseñaré a perfumarse como nadie más podría hacerlo. En cuanto se dé cuenta de mis
habilidades en el fascinante arte del cuidado personal, no podrá rechazar mis servicios y
me pedirá que me quede con ella. No te preocupes por mí, ya tendré cuidado. Vayamos
pues a Virata.
Yudhisthira estaba muy complacido con los planes de todos, estaba ansioso de
emprender esta nueva aventura. Los pandavas dejaron Dwaitavana y se dirigieron a