Page 289 - Mahabharata
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4. Virata                                                                                269


               que me pondrá a cargo de sus establos seré quien se encargue de cuidar los caballos del
               rey. Le diré que mi nombre es Damagranthi.

                   Shadeva era ya el único que quedaba. Yudhisthira le dijo:
                   —Shadeva hijo mío, eres más sabio que Brihaspati, más diplomático que el mismo
               Sukra, el divino preceptor. Eres el más sabio de los cinco pandavas, no hay nada que tú
               no sepas. Eres un político como no he visto otro igual. Eres el hijo favorito de nuestra
               madre. Cuando dejamos Hastinapura ella se sentía infeliz de sólo pensar que se iba
               a separar de ti. ¿Cómo voy a dejar que tú, un niño, hagas servicio para un hombre
               ordinario? Dime, Shadeva, ¿cuáles son tus planes?
                   Shadeva sonrió dulcemente y le dijo:
                   —Yo no soy un niño, mi señor, podré ganarme al rey con tanta astucia como mis
               hermanos. Le demostraré mis conocimientos sobre las vacas. El ganado es la principal
               riqueza del reino de Virata. Yo soy muy bueno ordeñando vacas y hago que produzcan
               la mejor leche del mundo. Yo me manejo con los toros y las vacas tan bien como mi
               hermano lo hace con los caballos. Le diré que mi nombre es Tantripala.
                   Yudhisthira miró entonces a Draupadi, y sintiéndose miserable e incapaz de pregun-
               tarle qué planes tenía ella, le dijo:
                   —Draupadi, tú eres muy querida para nuestra madre, eres tan tierna y delicada.
               ¿Cómo vas a poder trabajar?, ¿qué podrás hacer? Estoy muy preocupado por ti y por tu
               sensible naturaleza. Ya has sufrido demasiado como para tener que pasar disfrazada los
               próximos doce meses. Dime, ¿qué vas a hacer?

                   Draupadi dibujó en sus labios una sonrisa encantadora y le contestó:
                   —Mi señor, no tienes que estar preocupado, cuando tú, que has sido el señor del
               mundo, eres capaz de realizar servicios tan insignificantes; cuando Bhima, que jamás
               ha obedecido a nadie excepto a ti, ofrece sus servicios como cocinero del rey; cuando
               mi Arjuna, el más grande de los arqueros del mundo, vencedor incluso del gran Indra,
               ofrece sus servicios como cantante y bailarín; cuando este hermoso Nakula ofrece sus
               servicios como cuidador de establos; cuando Shadeva, el sabio y gentil Shadeva ofrece
               sus servicios como pastor. ¿No voy yo a hacer algo para que estos doce meses pasen lo
               más tranquila y rápidamente posible? Seré Sairandhri, me dirigiré a la reina y le diré que
               soy una gran experta en belleza femenina, le diré que sé hacer cien peinados diferentes
               y le enseñaré a hacer hermosas guirnaldas de flores de diversas formas y tamaños. Le
               enseñaré a perfumarse como nadie más podría hacerlo. En cuanto se dé cuenta de mis
               habilidades en el fascinante arte del cuidado personal, no podrá rechazar mis servicios y
               me pedirá que me quede con ella. No te preocupes por mí, ya tendré cuidado. Vayamos
               pues a Virata.
                   Yudhisthira estaba muy complacido con los planes de todos, estaba ansioso de
               emprender esta nueva aventura. Los pandavas dejaron Dwaitavana y se dirigieron a
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