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—Por favor, no te preocupes por eso, no abusaré de tu bondad dejando que el rey me
vea, siempre me quedaré en los aposentos interiores, nadie me verá. Si soy insultada mis
maridos matarán al ofensor. Seré particularmente cuidadosa de que nada ocurra que
pueda herirte, puedes confiar en mí.
Sudeshna se sintió tocada por las palabras amables y cariñosas de Draupadi. Drau-
padi le dijo:
—Tengo sólo dos peticiones más: no comeré comida de las sobras ni daré masajes a
los pies de nadie; estas tareas desagradarían a mis maridos si las realizara.
La reina dijo que nunca tendría que hacer ninguna de esas cosas.
Capítulo V
EL COMBATE DE LOS LUCHADORES
A reina de los pandavas era la que cuidaba de las flores, Yudhisthira era el acom-
L pañante de Virata, Bhima era un cocinero, Arjuna un maestro de baile, Nakula un
mozo de establo y Shadeva un pastor. Las ironías del destino son inescrutables, realiza
sus juegos de las maneras más inimaginablemente perversas. Pero aunque parezca
extraño decirlo, los pandavas se sentían felices. El rey de Virata era un hombre muy
noble y su esposa era su perfecta compañera. La princesa era una niña deliciosa. Para
ellos el tiempo transcurría felizmente en la hermosa ciudad de Virata. Habían pasado
tres meses, sólo les quedaban nueve meses más.
Durante el cuarto mes de su estancia en Virata, se celebró en la ciudad un gran festival
en honor a Sankara. La celebración incluía una exhibición de lucha. Llegaron luchadores
de todas partes del mundo para mostrar su valor; se esperaba que la función iba a ser
impresionante. El rey y toda su corte se sentaron para ver la lucha.
Había un luchador que había venido de otras tierras del que decían que era invencible.
Todos los luchadores de Virata fueron vencidos por él. De pie en medio de la arena gritó
en voz alta:
—Soy el mejor luchador del mundo, no hay nadie que pueda desafiarme, soy más
poderoso que los leones y los tigres.
Su desafío era demasiado grande y el rey se sentía decepcionado de sus hombres. Y
preguntó:
—¿No hay nadie aquí que pueda aceptar el desafío de este hombre y darle una
lección?
Yudhisthira se sentó a su lado y le dijo:
—En Indraprastha, cuando yo estaba con el rey Yudhisthira vi a un luchador, observé
su técnica y estoy seguro que él vencerá a este hombre. Afortunadamente para nosotros