Page 306 - Mahabharata
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               al separar de él estos objetos. Serás más glorioso de lo que has sido hasta ahora. En
               cuanto al Sakti, te lo daré, pero sólo podrás usarlo contra un enemigo. Sólo lo podrás

               usar una vez y matarás con seguridad a la persona contra la que lo dirijas, pero no podrás
               volverlo a usar, porque luego volverá a mí.
                   Radheya le dijo:
                   —Sólo lo necesito una vez, contra una persona, sólo tengo un enemigo.

                   Indra le dijo:
                   —Sé que te refieres a Arjuna. Pero mientras esté protegido por Krishna, nadie
               puede dañar a Arjuna, ni siquiera mi Sakti. Krishna, la encarnación del Señor, se ha
               responsabilizado de proteger a los pandavas. Radheya, tu poder se disipará ante el suyo.

                   Radheya no prestó atención a sus palabras, estaba muy feliz de poseer el Sakti. Luego
               le dijo:
                   —Aún tengo esperanzas de ganar la guerra y matar a Arjuna. Mis esperanzas pueden
               ser vanas, pero no me importa. Tengo tu Sakti y puedo intentarlo al máximo. A pesar de
               la pérdida de mi kavacha y mis kundalas podré ayudar a mi amigo, quien ha centrado
               en mí todas sus esperanzas. Me siento feliz.

                   Indra le dijo:
                   —Tanto si ganas la guerra como si la pierdes no tiene importancia. Has ganado fama
               eterna, serás recordado en la posteridad como el mayor dador. Desde hoy se te llamará
               Karna porque has dado tus kundalas y se te llamará Vaikartana por cortarte tu kavacha
               sin titubear. Serás conocido en el mundo de los hombres como el hombre que pudo
               vencer al destino y labró un nombre para sí mismo en los pergaminos del tiempo. No
               cualquiera puede ser una persona como tú, se te recordará por siempre jamás. Dices que
               el proverbio es: « Sé como Parjanya en el dar. » Y así ha sido hasta ahora, pero desde hoy,
               el proverbio será: « Sé como Karna en el dar. » Mientras viva el mundo, se recordará tu
               nombre. Ahora tengo que irme.

                   Radheya cayó a sus pies y le dijo:
                   —Mi señor, tengo una petición más, hoy he encontrado en ti a un amigo, y parece que
               me aprecias. Si de verdad me aprecias, ¿me harías un favor? Durante los últimos años
               he sufrido mucho por causa de mi nacimiento, que ha sido cubierto con tanto misterio
               que casi he perdido la razón tratando de desvelarlo. ¿Podrías revelarme el secreto de mi
               nacimiento? ¿Puedes decirme quién soy, quién es mi padre y quién es mi madre? ¿No
               podrías poner fin a mi sufrimiento?

                   Indra le miró con compasión y le dijo:
                   —Me gustaría decírtelo, pero es un secreto que se guarda muy celosamente, no debes
               conocerlo todavía.
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