Page 333 - Mahabharata
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4. Virata                                                                                313


               reconocido por los otros. No quería que le descubriesen. Por eso le habló a Bhishma en
               clave, y éste le respondió de la misma manera, diciéndole:

                   —Ya sé a qué te refieres. Puedo asegurarte que no tienes por qué preocuparte. Ya
               ha pasado el tiempo límite del que hablábamos el otro día en la corte. Ya no tienes por
               qué estar nervioso. Los pandavas están ya a salvo. Lo sabía incluso cuando estábamos
               discutiéndolo en la corte, pero no quise decirlo. Quiero que Duryodhana aprenda una
               lección y que se dé cuenta de que los pandavas no son un oponente tan fácil. Esta lección
               le será beneficiosa y le prevendrá de la inmensa tragedia que amenaza con materializarse
               sobre él.
                   Drona, sintiendo un gran alivio en su corazón, dijo:

                   —Duryodhana, estoy seguro de que es a Arjuna a quien veo, seguro que es él. Aunque
               se ha disfrazado, puedo reconocerle. Es Arjuna, el arquero que no tiene quien le iguale
               en todo el mundo, conozco a mi Arjuna desde que tenía trece años.
                   Mientras contemplaba a su amado discípulo, las lágrimas cegaban los ojos del anciano
               Drona, que continuaba elogiando a Arjuna y sus rápidos progresos. Aquello llegó a
               excitar la ira de Radheya, quien dijo:
                   —Siempre estás alabando y cantando las glorias de Arjuna. Él no es ni la dieciseisava

               parte de lo maravilloso que puede ser nuestro rey o yo mismo.
                   Duryodhana dijo:
                   —Si este es Arjuna, nuestro propósito ya se ha cumplido. Ya podemos enviar a los
               pandavas de vuelta al bosque por un período de otros doce años. Y si es un eunuco con
               forma de mujer, le atravesaré con mis flechas.
                   Bhishma, Drona, Kripa y Aswatthama apreciaron aquellas valerosas y encendidas

               palabras del rey.

                                                       Capítulo XVI
                                                    EL ÁRBOL SAMI


                     IENTRAS tanto Arjuna había llegado al árbol Sami. Ya se había dado cuenta que el
               M pobre príncipe era demasiado delicado y estaba demasiado nervioso para luchar.
               Le miró amablemente y le dijo:

                   —Quiero que subas a este árbol. Sobre el árbol hay un arco poderoso llamado el
               gandiva. El arco que tengo ahora no es suficientemente poderoso. Las armas qué has
               traído son demasiado débiles para la lucha que tengo que emprender. Por lo tanto
               debes subirte a este árbol y conseguirme las armas de los grandes pandavas que las han
               guardado ahí. Apresúrate y sube al árbol.
                   El príncipe miró a la copa del árbol y dijo:
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