Page 140 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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tratados sistemáticos de sufismo se escribió hacia el año 700 de J. C,
bajo el título de Kitab al-Lúmaa, y ha sido editado y analizado por
Nicholson (1). No debe extrañar esta precedencia cronológica, porque
es fenómeno normal en todos los aspectos de la cultura islámica: he-
redero el islam oriental del patrimonio cultural antiguo, así del clásico
como del cristiano, en unos siglos en que el occidente adolecía de casi
absoluta penuria científica, pudo holgadamente conservar, desenvol-
ver y sistematizar los conocimientos filosóficos y teológicos que la cien-
cia helénica y la tradición patrística y monástica habíanle legado (2).
Abenarabi, pues, se encontró ambas ciencias, ascética y mística,
organizadas ya. Para él, la diferencia que las separa es ésta: la vida
espiritual implica dos géneros de conocimiento: uno está constituido
por las verdades dogmáticas y por los preceptos de moral teológica
que dan al alma las normas de lo que debe creer y practicar para ser-
vir a Dios y lograr su felicidad última; otro está constituido por el
conjunto de experiencias que con la luz de la fe adquiere el alma de
sus propios estados de conciencia en el servicio de Dios, es decir, de
las ideas y sentimientos o emociones religiosas que son causa y efec-
to a la vez de las virtudes. Por eso califica, a la primera de estas dos
ciencias, de normativa (rasmí), y a la segunda, de experimental (dzu-
qui). La ascética es, pues, una disciplina práctica, un arte de servir
a Dios, un método de vida, medio o instrumento preparatorio para la
mística. Estotra, a su vez, es un conocimiento experimental, un gusto,
de los estados de conciencia que en el alma producen los ejercicios
ascéticos; pero no se identifica sólo con la psicología natural, aunque
la incluya en su contenido, pues también alcanza a analizar y expli-
car en lo posible los fenómenos sobrenaturales de conciencia, es decir,
los misterios de la vida espiritual (iluminaciones, éxtasis y carismas)
y los síntomas o, como él los llama, testigos de su autenticidad (3).
(1) En el Gibb Memorial, vol. XXJI; Leyden, Brill, 1914.
(2) Los orígenes y evolución de la teología ascética y mística en el islam
han sido estudiados por Massignon en su monumental obra antes citada: Al-
Halláj y en su Essai sur les origines da lexique technique de la mystique mu-
sulmane (París, Geuthner, 1922).
(3) Mawaqui, 18-19.
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