Page 102 - cumbres-borrascosas-emily-bronte
P. 102

habían comprendido que no sólo eran amigos, sino que estaban

                  enamorados.


                  Al oír que Hindley había llegado, Linton se fue rápidamente a


                  buscar su caballo y Catalina a su alcoba. Yo me ocupé de

                  esconder al pequeño Hareton y de descargar la escopeta del

                  señor, ya que él tenía la costumbre, cuando se hallaba en aquel


                  estado, de andar con ella, con grave riesgo de la vida para

                  cualquiera que le provocara o simplemente le hiciera alguna

                  observación. De este modo me proponía evitar que causase

                  daños si en su delirio se le ocurría parar el arma.
















































                                                          102
   97   98   99   100   101   102   103   104   105   106   107