Page 139 - cumbres-borrascosas-emily-bronte
P. 139
dinero, y viendo que lo tenía en abundancia, le pidió que
volviese de nuevo. Hindley es tan dejado, que no comprenderá
la imprudencia que comete buscando la amistad de aquel a
quien tanto ha ofendido. Heathcliff dice que si ha accedido a
reanudar las relaciones con mi hermano es para poder verme
con más frecuencia de lo que le sería posible si viviese en
Gimmerton. Piensa pagar bien los gastos de su alojamiento en
Cumbres Borrascosas, y esto complacerá a mi hermano, que
siempre ha sido codicioso, a pesar de que cuanto coge con una
mano lo tira con la otra.
—Mal sitio es para vivir un joven —dije—. ¿No teme usted las
consecuencias, señora Linton?
—Para mi amigo, no. Es lo bastante precavido para librarse de
todo riesgo. Si algo temo, es por Hindley; pero tan bajo ha
caído moralmente, que dudo que pueda descender más.
Respecto a daño físico, yo medio entre ambos. El regreso de
Heathcliff me ha reconciliado con Dios y con los hombres. ¡He
sufrido mucho, Elena! Si él comprende cuánto, sentirá
vergüenza de ensombrecer mi alegría con sus rencores. Y todo
lo he aguantado por cariño hacia él. Pero ya pasó. En adelante,
estoy dispuesta a soportarlo todo. Si el más ínfimo de los seres
me diese un bofetón en una mejilla, no sólo le ofrecería la otra,
sino que le pediría, además, que me perdonase. Y, para
demostrarlo, voy ahora mismo a hacer las paces con Eduardo.
Buenas noches.
¡Soy tan buena como un ángel!
139