Page 323 - cumbres-borrascosas-emily-bronte
P. 323

cuando venía a darme las buenas noches, y notaba el vivo color

                  de sus mejillas, nunca se me ocurrió que la causa de ello fuera,

                  no el fuego de la biblioteca, como suponía, sino una larga


                  carrera a través de los campos.































































                                                          323
   318   319   320   321   322   323   324   325   326   327   328