Page 105 - Los gusanos de la tierra y otros relatos de horror sobrenatural
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cimientos,  se  dice  que  el  escriba  Selim  Bahadur  instaló  su  base  mientras

               saqueaban los alrededores.
                    Supe entonces que los actuales habitantes de Stregoicavar no descendían
               de la gente que lo habitaba antes del saqueo turco de 1526. Los musulmanes
               victoriosos  no  dejaron  a  ningún  ser  humano  vivo  en  la  aldea  o  sus

               proximidades cuando la arrasaron. Aniquilaron hombres, mujeres y niños en
               un holocausto rojo de asesinato, dejando un gran sector del país en silencio y
               completamente  desierto.  El  pueblo  actual  de  Stregoicavar  descendía  de
               robustos  colonos  de  los  valles  inferiores  que  llegaron  al  pueblo  en  ruinas

               después de que los turcos fueron rechazados.
                    Mi  anfitrión  no  hablaba  del  exterminio  de  los  habitantes  originales  con
               demasiado rencor, y descubrí que sus antepasados de las tierras bajas habían
               contemplado a los montañeses con aún más odio y aborrecimiento que el que

               destinaban a los turcos. Fue bastante impreciso al referir las razones de ese
               enfrentamiento, pero dijo que los habitantes originales de Stregoicavar habían
               tenido el hábito de asaltar sigilosamente las tierras bajas y raptar muchachas y
               niños.  Aún  más,  dijo  que  no  eran  exactamente  de  la  misma  sangre  que  su

               propio pueblo; los robustos magiares eslávicos originales se habían mezclado
               y  casado  con  una  raza  aborigen  degradada  hasta  que  las  estirpes  se  habían
               fundido, produciendo una indeseable amalgama. Él no tenía ni la menor idea
               de quiénes eran estos aborígenes, pero afirmaba que eran «paganos» y que

               habían  vivido  en  las  montañas  desde  tiempos  inmemoriales,  antes  de  la
               llegada de los pueblos conquistadores.
                    Di poca importancia a su relato; veía en él simplemente un paralelismo
               con la amalgama de tribus célticas y aborígenes mediterráneos de las colinas

               de Galloway, que dio lugar a la raza mezclada resultante que, bajo el nombre
               de picta, participa de forma tan extensa en las leyendas escocesas. El tiempo
               tiene  un  curioso  efecto  distorsionador  sobre  el  folklore,  y  al  igual  que  las
               historias de los pictos se entretejieron con las leyendas de una raza mongola

               más antigua, también a los pictos se adscribió la apariencia repulsiva de los
               rechonchos primitivos cuya individualidad se diluyó en los relatos pictos, y
               que al fin fueron olvidados; de la misma manera pensé que podía seguirse la
               pista  de  los  supuestos  atributos  inhumanos  de  los  primeros  pueblos  de

               Stregoicavar  hasta  mitos  más  antiguos  y  difusos  de  hunos  y  mongoles
               invasores.


                    La  mañana  posterior  a  mi  llegada  recibí  indicaciones  por  parte  de  mi
               anfitrión, que me las dio con preocupación, y salí a buscar la Piedra Negra.
               Una  caminata  de  un  par  de  horas  por  las  laderas  cubiertas  de  abetos  me



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