Page 46 - Los gusanos de la tierra y otros relatos de horror sobrenatural
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LOS HIJOS DE LA NOCHE
The Children of the Night
[Weird Tales, abril-mayo, 1931]
Recuerdo que éramos seis los que estábamos en el extravagantemente
decorado estudio de Conrad, con sus raras reliquias de todo el mundo y sus
largas hileras de libros que abarcaban desde la edición de Mandrake Press de
Boccaccio hasta un Missale Romanum, encuadernado con broches de madera
de roble e impreso en Venecia, en 1740. Clemants y el profesor Kirowan
acababan de enzarzarse en una discusión antropológica algo subida de tono:
Clemants defendía la teoría de que existía una raza alpina separada y distinta,
mientras que el profesor mantenía que esa supuesta raza era sólo una
desviación del tronco ario original, posiblemente resultado de una mezcla
entre las razas sureña o mediterránea y los pueblos nórdicos.
—¿Y cómo —preguntó Clemants— explica su braquicefalismo? Los
mediterráneos eran tan de cabeza alargada como los arios: ¿acaso una mezcla
de pueblos dolicocefálicos produce un tipo intermedio de cabeza ancha?
—Las condiciones especiales pueden provocar un cambio en una raza que
originalmente tenía la cabeza alargada —repuso Kirowan—. Boaz ha
demostrado, por ejemplo, que en el caso de los inmigrantes que llegan a
América, las formaciones del cráneo a menudo cambian en una sola
generación. Y Flinders Petrie ha indicado que los lombardos cambiaron de
cabeza alargada a cabeza redondeada en unos pocos siglos.
—¿Pero qué provocó esos cambios?
—La ciencia todavía desconoce muchas cosas —contestó Kirowan—, y
no necesitamos ser dogmáticos. Nadie sabe, todavía, por qué la gente con
antepasados británicos e irlandeses tiende a crecer hasta alcanzar una estatura
extraordinariamente alta en el distrito Darling de Australia —cornstalks, los
llaman—, o por qué la gente de dicha ascendencia normalmente tiene una
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