Page 331 - Fantasmas
P. 331
Joe HiLt
con la mitad superior de la cara oculta bajo una máscara de plás-
tico del color de la leche.
—Estoy buscando el camino de vuelta —dije.
—¿De vuelta adónde? —preguntó la niña.
El niño que estaba arrodillado detrás de ella miró con in-
terés el trasero de la chica, enfundado en unos jeans desgasta-
dos. La chica estaba, no sé si consciente o inconscientemente,
meneando levemente las caderas de un lado a otro.
—Mi familia tiene una casa de veraneo cerca de aquí y me
preguntaba si alguno de esos caminos me llevaría hasta allí.
—Puedes volver por donde has venido —dijo la chica,
pero con expresión traviesa, como si supiera que yo tenía mie-
do a dar la vuelta.
—Prefiero no hacerlo.
—¿Qué es lo que te ha traído hasta aquí? —preguntó el
niño.
—Mi madre me mandó a recoger leña.
El chico soltó una carcajada.
—Suena como el principio de un cuento para niños —dijo
mientras la chica lo miraba con desaprobación—. Y de los malos.
Tus padres ya no tienen dinero para darte de comer, así que te en-
vían a perderte al bosque. Al final acabas en la cazuela de alguna
bruja, o como relleno de un pastel. Deberías tener cuidado.
—¿Quieres jugar a las cartas con nosotros? —preguntó
la chica mientras exhibía una baraja.
—Sólo quiero volver a casa. No quiero que mis padres se
preocupen.
—Siéntate y echa una partida con nosotros —Insistió—.
Jugamos a hacer rondas de preguntas. El que gana una mano tie-
ne que hacer una pregunta a cada uno de los perdedores y ellos
tienen que contestar la verdad, sea cual sea. Así que, s1 me ganas,
puedes preguntarme cómo volver a tu casa sin encontrarte con
el niño de la bicicleta vieja, y tendré que decírtelo.
128