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cinco metros de altura. Allá arriba se veía una boca de tormenta. El agua caía en
                torrente sobre ellos, como en una ducha primitiva.
                   Bill investigó las tres tuberías. La más alta estaba arrojando agua casi limpia,
                aunque traía hojas, colillas, envolturas de golosinas, y otros desperdicios. La del
                medio traía aguas residuales. Y de la más baja brotaba un espeso torrente pardo
                grisáceo.
                   --¡E-e-eddie!
                   Eddie se puso a su lado, con el pelo planchado contra la cabeza. Su yeso era
                una masa empapada y chorreante.
                   --¿Por d-dónde?
                   Si uno quería saber cómo construir algo, se lo preguntaba a Ben. Si uno quería
                saber por dónde ir, se lo preguntaba a Eddie. Era algo sobre lo que había acuerdo
                tácito. Cuando uno estaba en un vecindario desconocido y quería volver a un sitio
                familiar, Eddie podía llevarlo a uno de regreso, girando a derecha e izquierda con
                invariable confianza, hasta que uno se veía llevado a seguirlo con la esperanza de
                que todo resultara bien... y, al parecer, siempre era así. Cierta vez, Bill había
                contado a Richie que, cuando había comenzado a jugar con Eddie en Los
                Barrens, tenía siempre miedo de perderse; Eddie, nunca. Con sus indicaciones los
                dos salían siempre donde él había previsto. "Si me perdiera en el Amazonas y
                Eddie estuviera conmigo, no me preocuparía en absoluto -había dicho Bill a
                Richie-. Él sabe. Mi padre dice que algunas personas tienen una brújula en la
                cabeza."
                   --¡No te oigo! -gritó Eddie.
                   --Pppregunté por d-d-dónde.
                   --¿Por dónde qué? -Eddie sujetaba el inhalador con la mano sana. Bill se dijo
                que no parecía un chico, sino una rata ahogada.
                   --¿Por d-dónde seguimos?
                   --Bueno, eso depende de a dónde queramos ir -dijo Eddie.
                   Bill lo habría cogido por el cuello de buen grado, aunque la pregunta era muy
                lógica. Eddie estudió las tres tuberías, vacilante. Por todas ellas podrían pasar,
                pero la última parecía bastante estrecha. Bill indicó a los otros que formaran
                círculo.
                   --¿D-dónde d-d-,diablos está "E-eeso"? -preguntó.
                   --En medio de la ciudad -respondió Richie-.
                   Exactamente en medio de la ciudad. Cerca del canal.
                   Beverly asintió con la cabeza. Ben y Stan hicieron lo mismo.
                   --¿M-m-Mike?
                   --Sí. Está cerca del canal. O debajo de él.
                   Bill volvió a mirar a Eddie.
                   --¿P-p-por d-dónde?
                   Eddie señaló la tubería inferior. El corazón le dio un vuelco a Bill, pero eso no le
                sorprendió.
                   --Por ahí.
                   --Joder -protestó Stan-. Por ahí baja la mierda.
                   --No sab... -Mike se interrumpió. Inclinó la cabeza como si escuchara. Sus ojos
                parecían alarmados.
                   --¿Qué...? -interrogó Bill.
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