Page 280 - La sangre manda
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Y él se lo dice:
—No la veo. Acérquese.
Holly da un paso hacia él, todavía con el teléfono por delante. Dos pasos.
Tres. A doce metros de distancia, luego a diez. Él mira el teléfono con los
ojos entornados. Ya ocho metros, ¿y ves lo reacia que soy a acercarme?
—Más, Holly. La vista me falla un poco durante unos minutos después de
la transformación.
Eres un embustero, piensa ella, pero da otro paso manteniendo el teléfono
al frente. Casi con toda seguridad la obligará a acompañarlo cuando baje. Si
es que baja. Y no hay inconveniente.
—Lo ve, ¿no? Está en el ascensor. Pegado al techo. Solo tiene que cogerlo
y m…
Aun en su estado hiperalerta, Holly apenas ve moverse a George. Está
delante del lavabo de mujeres, mirando la foto del teléfono con los ojos
entrecerrados, y de pronto la tiene agarrada por la cintura con un brazo y con
el otro le inmoviliza la mano extendida. No mentía en lo de que era rápido. El
teléfono se le cae al suelo mientras él la arrastra hacia el ascensor. Una vez
dentro, la matará y cogerá el paquete pegado al techo. Luego entrará en el
cuarto de baño y matará a Barbara.
Al menos ese es su plan. Holly tiene otro.
—¿Qué está haciendo? —exclama Holly, no porque no lo sepa, sino
porque es la frase que debe decir conforme al guion.
Él no contesta; se limita a pulsar el botón. La luz no se enciende, pero
Holly oye el zumbido del ascensor. Está subiendo. Holly intentará zafarse en
el último segundo. Del mismo modo que él intentará zafarse de ella cuando
entienda lo que está pasando. Ella no puede permitirlo.
Una sonrisa asoma al estrecho rostro de zorro de George.
—¿Sabe qué? Al final esto va a salir bi…
Se interrumpe porque el ascensor no se detiene. Pasa de largo hacia la
planta superior —ven brevemente la luz del interior— y sigue subiendo.
Sorprendido, él afloja las manos. Solo un momento, pero lo suficiente para
que Holly se libere y retroceda.
Lo que ocurre a continuación no dura más de diez segundos, pero Holly,
en su actual estado de alerta, lo ve todo.
La puerta que da a la escalera se abre de pronto, y aparece Jerome,
tambaleante. Mira a través de una máscara de sangre coagulada. Empuña la
fregona que estaba en la escalera, con el mango de madera en posición
horizontal. Ve a George y corre hacia él.
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