Page 308 - La sangre manda
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oyó el zumbido de la línea, asintió, dejó el auricular en la horquilla oxidada y
entró.
—Ajá, ajá, todavía funciona —dijo el refugiado de Jurassic Park que se
encontraba sentado detrás del mostrador—. Increíble, ¿no? —Tenía los ojos
enrojecidos, y Drew se preguntó si habría estado fumando Aroostook County
Gold. Luego el viejo se sacó del bolsillo trasero un pañuelo recubierto de una
costra de mocos y estornudó en él—. Malditas alergias, me pasa cada otoño.
—Mike DeWitt, ¿no? —preguntó Drew.
—Qué va, Mike era mi padre. Falleció en febrero. Noventa y siete putos
años, y los últimos diez no sabía si iba a pie o a caballo. Yo soy Roy. —
Tendió la mano por encima del mostrador.
Drew no deseaba estrechársela (con esa había manipulado el mocadero),
pero, como lo habían enseñado a ser educado, le dio un único apretón.
DeWitt se bajó las gafas a la punta de la nariz aguileña y examinó a Drew
por encima de ellas.
—Ya sé que me parezco a mi padre, para mi desgracia, y usted se parece
al suyo. Es el hijo de Buzzy Larson, ¿no? No Ricky, el otro.
—Exacto. Ahora Ricky vive en Maryland. Yo soy Drew.
—Claro, eso. Venía por aquí con la mujer y los hijos, pero de eso hace ya
tiempo. Profesor, ¿no?
—Sí. —Entregó tres billetes de veinte a DeWitt, que los metió en la caja y
devolvió seis billetes flácidos de uno.
—Oí decir que Buzzy murió.
—Pues sí. Mi madre también. —Una pregunta menos que contestar.
—Lo lamento. ¿Qué hace aquí en esta época del año?
—Es mi año sabático. He pensado en retirarme a escribir un poco.
—Ah, ¿sí? ¿A la cabaña de Buzzy?
—Si la carretera está transitable. —Lo dijo solo para no dar la impresión
de que era un absoluto forastero. Incluso si la carretera estaba en malas
condiciones, encontraría la manera de abrirse paso con el Suburban. No había
llegado hasta allí para darse la vuelta sin más.
DeWitt permaneció callado un momento para sorberse la flema y luego
dijo:
—Bueno, no la llaman Carretera de Mierda porque sí, ya lo sabe, y
probablemente se desbordaron una o dos alcantarillas cuando la escorrentía de
primavera, pero va usted en su cuatro por cuatro, así que no debería tener
problemas. Ya sabrá que el viejo Bill murió.
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