Page 315 - La sangre manda
P. 315

—Unos cuantos cuervos y poco más. Oye, Luce, quiero entrar mis cosas

               antes de que se ponga el sol. Luego te llamo.
                    —Estaría bien a eso de las siete y media. Así podrás hablar con Brandon,
               que para entonces ya habrá vuelto. Ha ido a cenar a casa de su amigo Randy.
                    —Entendido.

                    —¿Algo más de lo que informar? —Quizá se percibiera preocupación en
               su voz, o quizá fueran solo imaginaciones de Drew.
                    —No. Todo en orden en el frente occidental. Te quiero, cielo.
                    —Y yo a ti.

                    Dejó  el  curioso  auricular  anticuado  en  la  horquilla  y  habló  a  la  cabaña
               vacía.
                    —Ah,  espera,  otra  cosa,  cariño.  El  viejo  Bill  se  voló  la  cabeza  justo
               delante de la puerta.

                    Y, para su propia sorpresa, se echó a reír.




                                                            9


               Para cuando hubo entrado el equipaje y las provisiones, pasaban de las seis y

               tenía  hambre.  Probó  el  grifo  de  la  cocina  y,  después  de  unos  cuantos
               resoplidos  y  golpetazos  en  las  cañerías,  empezó  a  salir  agua  turbia  a
               borbotones,  que  finalmente  manó  fría,  clara  y  uniforme.  Llenó  un  cazo,
               encendió la Hotpoint (al oír el zumbido grave del quemador grande, evocó

               otras comidas allí) y esperó a que el agua hirviera para añadir los espaguetis.
               También tenía salsa. Lucy había puesto un frasco de Ragú en una de las cajas
               de víveres. Él se habría olvidado.

                    Se  planteó  calentar  una  lata  de  guisantes,  y  lo  descartó.  Estaba  de
               campamento y comería al estilo campamento. Aunque sin alcohol; no había
               llevado ninguna botella y no había comprado nada en Big 90. Si el trabajo iba
               bien, como preveía, podría recompensarse con un pack de Bud la siguiente
               vez que visitase la tienda. Quizá incluso encontrara algo para una ensalada,

               aunque tenía la impresión de que, en lo referente a hortalizas y verduras, Roy
               DeWitt tenía palomitas y salsa de pepinillos para perritos calientes, y eso le
               bastaba  y  le  sobraba.  Quizá  incluía  algún  que  otro  tarro  de  chucrut  para

               aquellos con gustos exóticos.
                    Mientras  esperaba  a  que  el  agua  hirviese  y  a  que  la  salsa  se  calentase,
               Drew encendió el televisor esperando ver solo nieve. En cambio, apareció una
               pantalla azul y el mensaje DIRECTV CONECTANDO. Drew tenía sus dudas





                                                      Página 315
   310   311   312   313   314   315   316   317   318   319   320