Page 364 - La sangre manda
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—Claro —respondió Al, y restó importancia a esa duda con un gesto—. A

               menos que tu agente sea un memo absoluto, lo venderá sin problema. Quizá
               incluso  por  una  bonita  suma  de  dinero.  —Observó  a  Drew—.  Aunque
               deduzco que para ti eso era una consideración secundaria, si es que te lo has
               planteado siquiera. Tú solo querías hacerlo, ¿me equivoco? Saltar por una vez

               desde  el  trampolín  alto  en  la  piscina  del  club  de  campo  sin  amilanarte  y
               escapar por la escalera.
                    —Has  dado  en  el  clavo  —dijo  Drew—.  Y  tú…,  Al,  tienes  un  aspecto
               estupendo.

                    —Me  siento  estupendamente  —confirmó  Al—.  A  los  médicos  les  ha
               faltado  poco  para  describirme  como  una  maravilla  clínica,  y  tengo  que
               hacerme pruebas cada tres semanas durante el primer año, pero mi última cita
               con la puta quimio es esta tarde. Por el momento, todas las pruebas indican

               que no tengo cáncer, y eso es una rata noticia.
                    Esta vez Drew no se sobresaltó, ni se molestó en pedirle que lo repitiera.
               Sabía  lo  que  había  dicho  realmente  su  antiguo  jefe  de  departamento,  del
               mismo modo que sabía que parte de él quería seguir oyendo esa otra palabra

               de vez en cuando. Era como una astilla, clavada en la mente en lugar de bajo
               la piel. La mayoría de las astillas salían sin provocar infección. Estaba casi
               seguro de que con esa ocurriría lo mismo. Al fin y al cabo, Al estaba bien. La
               rata de la cabaña, con su trueque, había sido un sueño. O un peluche. O una

               auténtica bobada.
                    A elegir.





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                    Para: drew1981@gmail.com

                                            AGENCIA ELISE DILDEN

                                                                                  19 de enero de 2019


                    Drew, querido: cuánto me alegra saber de ti, pensaba que te habías muerto
               y no había visto la necrológica. (¡Es broma! c ) Una novela después de tantos

               años, qué emocionante. Envíala con la mayor prontitud, querido, y veremos
               qué puede hacerse. Aunque debo advertirte que ahora el mercado está como
               mucho  a  medio  gas,  a  menos  que  se  trate  de  un  libro  sobre  Trump  y  sus

               secuaces.
                    Besos,
                    Ellie



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