Page 129 - Extraña simiente
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—¿Lo puedes arreglar, Paul?

                    Paul estudió el tubo durante unos momentos y se encogió de hombros.
                    —No lo sé. A lo mejor. Si encuentro cinta adhesiva, a lo mejor aguanta
               hasta que lleguemos a la ciudad, pero no es seguro.
                    Paul se metió el tubo de goma en el bolsillo derecho de su chaqueta de

               Mahón.
                    —¿Podemos… ir andando?
                    —No,  Rachel,  por  lo  menos  hoy  no.  Además,  vamos  a  tener  tormenta.
               Mañana, quizás, si consigo arreglar…

                    —¿Mañana?
                    —Sí, temprano. Si el tiempo lo permite —una pausa—. Podías encender
               la lumbre, está empezando a hacer frío —dijo señalando la casa con un gesto
               de cabeza.

                    —Así es que vamos a quedarnos —dijo Rachel más como una afirmación
               que como una pregunta.
                    —Sólo el tiempo que sea estrictamente necesario, Rachel, nada más —
               otra pausa—. Lo siento.

                    —Y yo también, Paul.
                    Paul la miró interrogadoramente durante unos momentos —esto formaba
               parte de su papel, ¿no era así?, pensó Rachel— y en seguida se dirigió a un
               lateral de la casa.

                    —Acabaré en una hora más o menos —le dijo volviendo la cabeza. Y se
               marchó.






































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