Page 130 - Extraña simiente
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                    Asuntos  mundanos,  terrenales;  como  las  cacerolas,  las  fuentes,  la
               cubertería. Platos color crema con ribetes azules muy sencillos. Objetos vivos,
               objetos con los que se vive, que se guardan en armarios, que se exponen si
               son  lo  suficientemente  bellos,  si  hay  espacio  para  colgarlos.  Siendo  éste  el

               caso,  si  los  colores  eran  los  adecuados  y  el  lugar  realmente  necesitaba  un
               adorno, estos objetos lo iluminaban y alegraban.
                    —No sé, puede que tarde unos cuantos días, Rae. Viene mal tiempo y no
               me atrevería a conducir por esa carretera espantosa.

                    El mal tiempo, otro asunto mundano. Como también lo es el resguardarse
               en una casa vieja y acogedora.
                    —¿Por qué no?…
                    Urdir mentiras también es un asunto mundano, una simple habilidad.

                    Vivir es asunto mundano.
                    —Tengo  que  meter  esa  caja  que  está  en  el  coche.  Habrá  que  comer,
               ¿sabes?
                    Todos  los  platos  color  crema  alineados  en  una  sola  fila  conseguían

               transformar  una  casa  en  hogar.  Los  cazos  y  las  cacerolas,  con  lo  feos  que
               eran, ya colgaban de sus clavos, maravillosamente funcionales.
                    —Vamos a tener que seguir llamando a esta casa hogar durante un poco
               más de tiempo, Re. Pero te prometo que no será largo.

                    Promesas.
                    —También convendría que trajera las mantas, ¿verdad?
                    Y las almohadas, pensó Rachel.
                    —Y las almohadas.

                    Camas calientes, un buen fuego y platos color crema, todos alineados en
               una sola fila.
                    —Me molesta muchísimo que pase esto, Rae. Tenerte aquí encerrada…,
               en serio, lo detesto; pero no se puede hacer nada, ¿verdad?

                    —Si tú lo dices, Paul…
                    —Sí, así es.



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