Page 142 - Extraña simiente
P. 142
(Porque era su propia voz, su propia risa, así como la voz y la risa de
Rachel lo que le había traído hasta aquí. Lo que le había conducido a este
lugar. Al lugar donde se alimentan. A su comedor.)
(Y aquello que dormía en su interior —que dormía desde hacía tanto
tiempo— se despertó. Y buscó una liberación. Volvió a manifestarse,
tanteando, por sus brazos, sus piernas, su vientre. Le roía el cerebro y detrás
de los ojos. Y le empujaba —empujaba a Paul Griffin— hasta el comienzo.
Hasta el nacimiento. Y Paul Griffin luchaba contra ello, trataba de reprimirlo
y, por un momento, consiguió volver al presente. Pero en seguida se encontró
de nuevo en el comienzo; y por un instante, vio a Elisabeth Griffin tumbada
en el suelo delante de él, inerte. Y su marido lloraba. De nuevo, volvía al
presente. Y vuelta al comienzo… Por fin, las dos imágenes, los dos estados de
consciencia, se mezclaron, se confundieron durante un instante.)
Paul Griffin se dio media vuelta en silencio, pero con decisión y empezó a
caminar hacia su izquierda. Treinta minutos más tarde llegaba a casa.
Página 142