Page 158 - Extraña simiente
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XXIV
8 de noviembre
Esta era la primera vez en varias semanas que Paul la dejaba sola en la
casa. Ya le avisó la noche anterior; le dijo: «Nos estamos quedando sin
provisiones, las despensas están vacías, eso quiere decir que mañana tendré
que bajar a la ciudad. Te agradecería mucho que te quedaras aquí, Rae. Ya sé
que es pedirte mucho, pero pienso que sería… lo mejor.»
Ella, para su propia sorpresa, no se lo había discutido. Él la iba a dejar
sola en la casa, ella iba a estar sola un tiempo y no pasaba nada. Simplemente
tendría que cerciorarse de que todas las puertas y ventanas estuvieran bien
cerradas. Era muy sencillo. Nadie podría entrar.
Paul se había marchado sin despertarla. Ella pensó que esto formaba parte
de su plan (si es que todavía tenía necesidad de hacer planes, y ella
sospechaba que sí, él siempre sería protector con ella. Era algo natural,
excusable, machista y tierno). ¡Dios!, ¡cuánto lo quería! Además, se le había
quitado el mal humor (¡ese mal humor que tanto la asustaba antes!). Se había
vuelto más hablador, más simpático, menos serio quizá (Rachel recordó las
pirámides torcidas de leña) y eso estaba bien, uno no tiene por qué pasarse la
vida envuelto en una seriedad asfixiante y mortecina, sin reírse jamás
espontáneamente ni contar alguna vez algún chiste estúpido… La gente que
es así está obviamente asustada de sí misma.
No obstante, no estaba muy segura de qué pensar sobre su manera de
hacer el amor, del cariz que estaba tomando en el último par de semanas.
Durante un tiempo, unos cuantos días, había sido maravilloso. Se habían
compartido mutuamente, sus cuerpos, su amor, en vez de devorar al otro. Lo
que ocurría era que después no quedaba nada o casi nada de esa experiencia.
Había sido suplantada por otra cosa. Ambos lo sentían así. Era algo parecido a
la gula, a la avidez, aunque esa palabra era demasiado civilizada en cierto
modo, sonaba demasiado a acusación, a sentencia. No hacía más que limar el
borde de lo que quería expresar, gastar la capa protectora. Con ella era
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