Page 182 - Extraña simiente
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                    —Rachel, ¿duermes?

                    —No, estoy despierta.
                    —Se han… marchado, Rachel.
                    —¿Que se han marchado?
                    —Sí, se han marchado.

                    —¿De verdad?
                    —De verdad.
                    —¿Para siempre, Paul?
                    —Por ahora, Rachel. Hasta que llegue la primavera. Bueno, no sé… Sí,

               hasta la primavera.
                    —¿Y nosotros, qué?
                    —¿Nosotros?
                    —Dijiste que teníamos que hablar. Que íbamos a hacer planes.

                    —Sí, nos vamos a marchar. Pero no en seguida, no mañana. Sino dentro
               de una semana. Tenemos que estar seguros, ¿comprendes? Por lo menos yo
               tengo que estar seguro.
                    —¿No estás seguro?

                    —Sí, sí lo estoy.
                    —¿Entonces, por qué no mañana? ¿Por qué no ahora mismo?
                    —Lo siento, simplemente tengo que asegurarme.
                    —Pero si has dicho que estabas seguro, Paul…

                    —Lo estoy.
                    —Bueno, vale. Confío en ti, Paul.
                    —Y te quiero, Rachel. Recuérdalo siempre.
                    —Está  bien,  Paul.  Ahora  me  gustaría  dormir.  Te  he  estado  esperando;

               ahora, ya estás de vuelta. Me gustaría dormir.


























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