Page 135 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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M itos griegos e H istoriografía A ntigua                     147

      El epigonismo latino
        Los principales historiadores griegos habían manejado el tiempo
      pasado con un criterio historiográfico basado en la importancia cualita­
      tiva y la fiabilidad. Y fiente al tiempo de los filósofos, el tiempo de los
      historiadores es limitado y medible, y en su interior el sujeto (histórico)
      indaga, registra, investiga y procura comprender y explicar. Para todo
      historiador su oficio es una operación que rescata el tiempo, que va
      contra el olvido. Los griegos, y los romanos en mayor medida, necesita­
      ban edificar su discurso sobre un armazón cronológico coherente y a la
      vez secuencial y múltiple, construido sobre testimonios de visu, escri­
      tos, u oídos.121  Los historiadores romanos podían recurrir más fácil­
      mente a fuentes escritas fiables para su historia cercana (fasti, leyes,
      memorias, cartas, etc.) o a otros historiadores precedentes. Livio, por
      ejemplo, insiste en la no fiabilidad de las leyendas en tomo a la Roma
      arcaica, y Varrón llama histórico al último periodo porque res in eo
      gestae veris historiis continentur}22 Para los historiadores antiguos el
      pasado legendario, tapalaia para los griegos, antiquitas para los roma­
      nos, era un cúmulo de problemas e imprecisiones. Los historiadores
      romanos pensaban en el futuro con gran interés, por la suerte que pu­
      diera correr el Imperio romano,123 algo similar a la «esperanza en el
      futuro», en la duración, ya presente en Tucídides. Esa visión de la tem­
      poralidad futura puede implicar una idea de progreso, tanto de la histo­
      ria misma como de la historiografía que la interroga. Y tanto ayer como
      hoy.124  Pero en la historiografía romana ese futuro es sobre todo una
      decadencia. En relación con la temporalidad, su uso hasta la aparición
      de la historiografía cristiana no es sino una continuación, aunque mati­
      zada, de los enunciados griegos.


      121 A. Momigliano, «Historiografía sobre tradición escrita e historiografía sobre tradición oral»,
        LHG,  1984,  94-104,  M.  Lafranque,  «L’oeil  et l’oreille:  Polybe  et  les problèmes de
        l’information à l’époque hellénistique», Revue Philosophique, 1968,263-272.
      122 Censor, 21.
      123 Opinión de Momigliano, «El tiempo», 86. Unas páginas antes, en 83, respecto a las Historiae
        Philippicae de Trogo Pompeyo, el autor concede a la historiografía un valor ejemplar,
        aunque no como modelo de acontecimientos futuros.
      124 E.R. Dodds, The Ancient Concept of Progress, Oxford 1973. Una reflexión más breve y
        accesible pero no menos pertinente en M.l. Finley, «El progreso en la historiografía», en
        Historia Antigua. Problemas metodológicos,  1986,  11-18.
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