Page 47 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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M itos griegos e H istoriografía A ntigua                     53

      gorgoneion debido a que éste reproducía los rasgos de aquélla  San
      Fulgencio, en el siglo VI d.C., en base a la etimología interpreta a Me­
      dusa como quasi Meidusam, «la que lleva a la ceguera mental».143

        Interpretaciones modernas

        K. Levezow (1832) y K. Gerojannis (1906) creen que el origen de
      Gorgo está en el miedo de los animales a la noche, y que fue el león
      quien inspiró la imagen de Gorgo. F.T. Elworthy (1903), A. Zell (1910)
      y J. Facius (1910) pensaron que las Gorgonas eran adaptaciones de los
      simios, basándose en la observación de Plinio respecto a ellas, diciendo
      que eran de raza muy peluda. A.B. Cook (1916) la relaciona con el
      búho de Atenea, R. Pettazzoni (1921) con la diosa egipcia Hathor. A.
      Frothingham y Sp. Maxinatos la homologan en origen a lapótnia therón,
      la Gran Diosa Madre  de  origen oriental.144 W.  Wundt (1919)  y P.
      Weizsäcker (1909) creen es una personificación del miedo (Fobos). C.
      Blinkenberg (1924) piensa que es el león quien da origen a Gorgo.
        También hubo interpretaciones de origen naturalista o meteorológi­
      co: Volcker, Hermann, R. Otto, Hugg Gadechens, L.R. Famell, a caba­
      llo entre el siglo XIX y el XX y retomando en algunos casos las inter­
      pretaciones de Plutarco y los órficos. W.H. Roscher (1879) desarrolló
      una interpretación ya propuesta por Khun y Schömann, de carácter na­
      turalista, apoyándose en la raíz de la palabra sánscrita garg-/gorg- con
      connotaciones de ruido aterrorrizante, ¿truenos?, adscrito al hecho de
      que habitaran las Gorgonas el extremo occidental del mar, lugar míti­
      co,  para  los  navegantes,  de  grandes  tormentas.  Similar  origen
      etimológico le dan L. Meyer (1901) y E. Boisacq (1950). Todas estas
      interpretaciones145 se inscriben dentro del pensamiento positivista que
      impregnó la historiografía del siglo XIX y buena parte del XX, y, con
      una base evemerista, soslayan el sentido simbólico-mítico reduciéndo­
      lo a elaboraciones fantasiosas de los pueblos primitivos con base en
      fenómenos naturales incontrolables. H. J. Rose (1928) insiste en «el mie­
      do» psicológico que el hombre de la antigüedad tuvo a lo desconocido,

      143 Hugues, «Las Gorgonas». 60.
      144 Sobre el tema, es fundamental ahora el estudio de R.D. West, Some cults ofGreek goddesses
         andfemale daemons of oriental origin, Bekelaer 1995.
      145 W. Wundt, Volkerpsychologie, Leipzig 1919,212 ss.; P. Weizsaäcker, voz «Phobos», Lexicon
         de W.H. Roscher, 2393 ss.; C. Blinkemberg, «Gorgone et Ilione», RA, 1924,267 ss.
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