Page 48 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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un miedo visceral que le impulsó a crear mitos de autodefensa.146
J. Harrison147 en 1922 adscribe las Gorgonas al mundo de la
demonología griega, un caso particular de Keres, «espíritus conectados
con la muerte». Se convierte en un simple monstruo que debe ser ven
cido por un héroe. En definitiva son «aquello que los dioses olímpicos
tienen que dominar», una especie de Ojo del Mal encamado.
M.P. Nilsson ve en Goigo la elaboración griega de temas folclóricos
tradicionales en todas las culturas. C. Hopkms (1934) ve en Gorgo un
episodio paralelo al de Gilgamesh.148 K. Whilhelm II (1936) da a Goigo
un significado solar. En contra, L. Walk (1937) lo asimila a la Luna.
J.G. Frazer149 lo enmarca dentro de las tradiciones literarias con el tema
del «temor a la muerte» tan propio de pueblos poco desarrollados. W.
Rigdeway (1900) y K. Kerenyi (1949)150 relacionan simbólicamente la
cabra, el gorgoneion y la égida de Atenea, significado que amplía y
analiza más extensamente C. Schick 1955): afirma que la Gorgona,
como piel de cabra, aparece ya en ritos antiguos pre-homéricos, con
una función apotropaica.
T.P. Howe151 en 1952 retoma la idea de «ruido» en el origen de
Gorgo. Un grito de horror que aleja al horror, de donde establece su
valor como signo de poder en el escudo de Atenea y de Agamenón.152
J.H. Croon identifica claramente al gorgoneion como una máscara
infernal, subterránea, cuya presencia «inmoviliza de terror», es decir,
petrifica a los presentes153 y por ello pudo ser objeto de algunos rituales
o cultos ctónicos.
146 H. J. Rose, Handbook of Greek mythology, London 1928, 29-30.
147 J. Harrison, Prolegomena to the study of the Greek religion, Cambridge 1922.
148 C. Hopkins, «Asirían elements», 341-58; notas 10,11 y 24.
149 J.G. Frazer, The Gorgo’s head and other literary pieces, Londres 1937, 468.
150 K. Kérenyi, «Ziegenfell und Gorgoneion», AlPhO, 9,1949,299-312; W. Rigdeway, en JHS,
20, 1900, 44.
151 T.P. Howe, «The Origin», 209-221.
152 II., XI, 36-37: «Aquí se desplegaba la Gorgona de rostro feroz, mirando terriblemente, a su
alrededor Terror y miedo».
153 Od., XI, 633-635: «... y me hacía palidecer de miedo que la amable Perséfone pudiera
enviarme desde el Hades la cabeza de Gorgona el terrible monstruo».