Page 56 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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      tiempo, la actuación de estos mitos heroicos en el cuerpo social sería en
      tres frentes:  1) un efecto de propaganda para el pueblo, que por una
      operación de mímésis192 tiende a emularlos; 2) como argumento y jus­
      tificación moral al transformar los actos de rapiña en actos de obedien­
      cia divina; y 3) la dimensión temporal que de motu propio tiende a
      magnificar en el recuerdo los actos de aquéllos que fueron valientes,
      cuyas verdaderas razones ya no se conocen ni importan.

      Conclusiones

         Los mitógrafos antiguos nos han transmitido una imagen terrorífica
      de Gorgo. La caracteriza su potencialidad divina de poder matar con la
      mirada. Esa operatividad mortal, su perpetua frontalidad y su mons­
      truosidad hacen de ella un personaje inquietante, pero que es capaz de
      fascinamos.
         Parece asumido que la máscara del Gorgo (el gorgoneion) es ante­
      rior a la figura de Gorgo con cuerpo de mujer que ilustra el mito de
      Perseo, mito que por las representaciones y la literatura puede conside­
      rarse elaborado hacia la mitad del s. VI a.C. Pero la máscara de Goigo
      parece tener origen oriental, sin precisarse claramente sus anteceden­
      tes: quizás el monstruo Humbaba del Poema de Gilgamesk, el Bes egip­
      cio; o algunos tipos de cabeza con la lengua fuera que representaban los
      hititas en sus relieves. De cualquier modo es coherente pensar que
      este tipo de divinidad oriental fuera conocido por las poblaciones de
      griegos instalados en la costa de Asia Menor y que, por causa/vía del
      mecanismo comercial y colonizador, fuera «transmitida», llevada, a las
      cosas continentales (Calcis) y Eubea, plintos matrices del comercio en
      esta época heroica. Por ello es fácil comprender cómo el mito del héroe
      Perseo, que decapita a Gorgo en su expedición, ha de situarse en ese
      ambiente de anárquica expansión marítima. La tradición mitológica
      intercambiaría los conceptos Oriente/Occidente a medida que la ex­
      pansión colonial, ya organizada por la polis y refrendada por el oráculo
      délfico, se desplazara hacia el Occidente. Viajes, mitos, héroes y dioses
      procuran legitimación ideológica, literaria y religiosa a aquellos acon­
      tecimientos puramente políticos y comerciales, pero que ciertamente


       192 P. Ricoeur, Tiempo y  narración I- Configuración del tiempo en el relato histórico, Madrid
         1987,  117 ss.
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