Page 77 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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Paléfato insiste dos veces en que este lugar está al otro lado de las
Columnas de Hércules (lin. 17 y 20) y que es «rico en oro» (lin. 19),
zona situada en la cordillera del Atlas y rica en este metal,46 que en
cambio no se documenta para el sur peninsular. Traspasado el estrecho
habría pues una ruta corta hacia el Sur, en lo que todavía se considera
genéricamente territorio de Libia; y otra ruta hacia el Norte, hacia las
Cassitérides e Islas Británicas de donde procedía el grueso del estaño.
Otra cuestión es aclarar si eran los propios griegos (o fenicios) quienes
hicieran singladuras tan lejanas (cosa poco probable), o si eran los indí
genas peninsulares de la fachada atlántica y S.O. (el indefinido Tarteso)
quienes actuaran de intermediarios. No hay que olvidar que dentro del
horizonte cultural del Bronce atlántico había puntos metalúrgicos cla
ves en tomo al estuario del Tajo y en la zona de Huelva. Allí no sólo se
extraía y se transformaba el mineral en bruto; también había una tradi
ción marinera y unas rutas abiertas hacia el Norte, lo que puede
constatarse, por ejemlo, en la difusión de las espadas de lengüeta. Mi
opinión es que los griegos no llegaron por esta ruta a las Islas Británicas
y que el estaño (y quizás también las pieles) procedente de allí lo obte
nían por intercambio con los indígenas peninsulares en tomo a zonas
del Estrecho; que ese intercambio se hiciera en pequeñas islas señala
das al efecto (de ahí quizás se extrapolen leyendas como la de las Hes
pérides).47 Y cuando ese comercio se hacía en tierra firme abarcaría un
mayor espacio geográfico, comprendido entre la línea imaginaria que
une el estuario del Tajo con el sur peninsular en varios puntos: Onoba,
Gadir, Málaga y quizás más al Este, Sexi y Abdera. Ese entorno
geográfico no necesariamente debía ser un monopolio fenicio en
los siglos VIII-VI. Este ámbito del S.O. donde se ubicaría Tarteso
cobraría sentido así como catalizador de las míticas riquezas de que
hablan las tradiciones, riquezas que por sí solo no poseía. Estesícoro,
citado en Estrabón (II, 2,11), habla de la proverbial riqueza de plata
46 Hes. Theog. 216, 518; Ferec.fragm. 33; Pind. Pit. IV, 515-516; Aesch. en Str. IV, 1, 7;
Prom. encad, 347-350 y 425-435; Eurip. Hip. 742-747, Herac. 394-407, Ion, 1. Cf. E.
Will, Korinthiaca, 1955,412-414.
47 S. Stucchi, «II giardino delle Speridi e le tappe della conoscenza greca della costa cirenaica»,
Quaderni Arch. Libia, 8,1976,19 ss.; y R. Dion, Aspects, 143, para quien la traslación de
las Hespérides hacia el Este, hasta Cirenaica, se realizó en el siglo VI para evitar que
estuvieran ubicadas en dominio cartaginés, L. García Iglesias, loe. cit., 137.