Page 113 - Lo Inevitable del Amor
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inauguraciones parece. Me sorprende una en la que aparece con Dalí. No sé si le
conocía mucho, a lo mejor es de esas que se hacen por casualidad cuando
coincides con algún personaje relevante. Hay muchas fotos con mujeres,
algunas de ellas muy guapas. Gene estaba muy bien cuando era joven. De
mayor también conservaba mucho atractivo, pero viéndole en estas fotos
entiendo que tuviera éxito con las mujeres. Hay fotos de exposiciones, las hay
más antiguas, más modernas, algunas por su aspecto tienen que ser de hace poco
tiempo.
Eugenio me reclama y me dice que siga indicando dónde va cada cosa. Dejo
de abrir álbumes y le hago caso. No sé el qué, pero hay algo en las fotos que me
resulta familiar, pero no sé muy bien qué es. Se me olvida mientras acabo de
dirigir la colocación de los bultos.
Los operarios de la mudanza se marchan y Eugenio me propone ir a cenar.
Ordenar y distribuir esto me va a llevar varios días, así que después de varias
horas aquí es mejor dejarlo. Nos vamos en el coche de Eugenio, que repasa los
maravillosos cuadros que tenía Gene y también recuerda lo que les he dicho a los
empleados esta mañana en el estudio. Me pregunta qué quiero cenar, que si me
apetece un japonés. Me dice que a él sí le gustaría.
—¡Hostia!
—¿Qué pasa? —pregunta Eugenio, que se acaba de llevar un susto con mi
grito.
—¡Tenemos que volver!
—¿Volver a dónde?
—A la casa.
—¿Qué se te ha olvidado?
—Nada, nada. Es que quiero comprobar una cosa.
Al llegar voy deprisa a por los álbumes y busco el último de los que había
abierto. Lo ojeo deprisa. Ya sé qué era lo que me resultaba familiar. Pero es
imposible que sea.
—¿Qué pasa? —me pregunta Eugenio.
—¡Es ella!
—¿Ella? ¿Quién?
Abro los últimos álbumes, los más actuales, y aparece en algunas fotos junto
a Gene. Es ella, seguro. Esa mujer que aparece en las fotos es Estefanía, la novia
mexicana de mi padre.