Page 130 - Lo Inevitable del Amor
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Contarme que decidió morir así, que fue dueña de su vida hasta el final y, sobre
todo, que me quería, que me quería mucho. A mi madre le entró mucho sueño de
repente. En silencio se levantó del sofá, besó a Luis, se quitó la bata, que dobló
cuidadosamente en una silla, y se metió en la cama. No tardó ni cinco minutos en
quedarse profundamente dormida y muy poco después dejó de respirar.
Luis se marchó llorando de la habitación y caminó un rato antes de llamar al
hotel para decirles que avisaran a la policía. Mi madre acababa de morir en una
habitación en la que definitivamente había entrado la luz del día.