Page 86 - Lo Inevitable del Amor
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—¿Y eso?
—Pues una amiga. Se llama Clara.
—¡Ah! ¿Y es arquitecta?
—No, qué va. —Se ríe—. Trabaja en la tele.
—¿En la tele?
—Sí. En una productora de televisión. Tiene tres hijos, dos niños y una niña.
—¡Pues qué bien!
—Sí, la verdad es que estoy muy contento. Es una mujer maravillosa.
—Seguro que sí.
—Hace unos años perdió a su hermana, María se llamaba, a la que estaba
muy unida. Lo debió de pasar mal, pero es que es alguien muy especial.
Eugenio se pasa todo el tiempo que dura nuestro pincho de tortilla
hablándome de la tal Clara. Sí que debe de ser alguien especial, pero yo me
estoy poniendo celosa. Es increíble cómo los hombres nunca se dan cuenta de
estas cosas. Él sigue a lo suyo, con Clara por aquí y Clara por allá.
—Pues a ver cuándo me la presentas. ¡Camarero, la cuenta por favor! —
concluyo.
—Vente ahora, he quedado con ella. Así la conoces.
—No. Hoy no tengo ganas.