Page 195 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
P. 195
dor sobrenatural, tan denso como el de An? Puesto ajue soy el Señor
de los Montes escarpados, sus dioses se han dispersado lejos de mí.
Porque he sometido esas montañas de alabastro, de cornalina y de
lapislázuli, sus Anunna se han escondido como ratones. Y ahora que
he demostrado mi valor militar en la Montaña, traigo conmigo a
mis queridas armas. Aquí están: a mi derecha, Sharur, «Segadora de
millares», y a mi izquierda mi Shargaz, «Aplasta millares».Traigo tam
bién mi «Tempestad de Cincuenta espolones», mi «Maza sublime»,
mi «Tempestad insostenible», guerrero escalador de la alta Monta
ña. Conmigo están mi «Hacha agasilikku», que engulle los cadáve
res como un dragón, y el «Aplastador de la Montaña»: mi pesada
Maza celeste. Traigo mi «Machete de séptuple hoja», vencedor de
la Montaña, mi Red de combate, la «Alluhapu de la Montaña».
Ninurta se detuvo por unos momentos. Interrumpió la relación
de sus armas al observar que los dioses se apiñaban a su alrededor.
Recogiendo en su brazo izquierdo los flecos de su manto, volvió
a dirigirse a los dioses:
— Traigo, en verdad, mi Red de caza a la que no ha escapado
la Montaña, traigo mi Maza de Siete cabezas, insoportable al ene
migo como una feroz serpiente de mar y que, eficaz en todas par
tes, lo machaca todo en la más cruel batalla. Traigo mi Espada, mi
machete celeste, desgarrador de la Montaña. Ved también mi Maza
de Cincuenta cabezas, belicoso cataclismo, mi Arco devastador, pre
sión que asalta a los hombres, mi Bastón arrojadizo y mi Escudo,
demoledores de los templos de la región rebelde. Traigo mi Jabali
na, socorro de los guerreros, mi arma «niveladora de la Montaña»,
que brilla como el pleno día, mi arma «Ningún enemigo escapa a
su fuerza», sostén universal de los pueblos.
Todas aquellas armas, que exhibía con orgullo el dios, le hacían
rememorar las diferentes batallas en las que había tenido que parti
cipar bien solo o con sus tropas para poder derrotar a su enemigo:
los fabulosos habitantes de la temible Montaña y la Montaña mis
ma. El héroe siguió enumerando y mostrando sus prodigiosas armas.
— Ved también el arma cuya aura sobrenatural recubre la tierra,
maravillosamente adaptada a mi mano derecha, obra maestra de
-**199 -