Page 200 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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Hacia  el  pastor  que  caminaba  de  un  lado  a  otro  por la  orilla
     del  río, he  aquí  que  se  dirigió  el  labrador, el  labrador Enkimdu.
        Dumuzi, el pastor, inició  una disputa  con Enkimdu, el labrador,
     el  rey  del dique, del  canal y  del arado, en la  campiña. El pastor ini­
     ció  una  disputa  con  él  en  la  campiña.
        El  labrador,  que  era  una  divinidad  pacífica,  anhelante  siempre
     de  la cordialidad y de la amistad, no  quiso  confrontarse  con el pas­
     tor, sobre  todo  al  ver  que  Inanna  había  mudado  de  opinión.  Con
     tranquilas  palabras  le  dijo:
       — ¿Por  qué  debo  competir  contigo, oh pastor?  ¿Por  qué  habría
     de  enfrentarme?  Deja  que  tus  ovejas  coman  la  hierba  de  la  orilla
     del  río,  que  tus  ovejas  coman  mis  tallos  ya  crecidos  en  mi  campi­
     ña, que  coman grano  en los resplandecientes  campos  de Uruk, que
     tus  cabritos  y  corderos  beban  el  agua  de  mi  canal  de  Isurugal.
        Oídas  aquellas  palabras, Dumuzi  le  contestó:
       —En  cuanto  a  mí,  que  soy  un  pastor,  quiero  que,  oh  labrador,
     asistas  a  mi  boda  como  amigo.  ¡Oh labrador Enkimdu, que  puedas
     asistir  como  amigo  a  mi  boda!  ¡Que  puedas  venir  como  amigo!
     ¡Te  consideraré  un  amigo!
       Enkimdu, dirigiéndose  a  Inanna, le  habló  en  estos  términos:
       —Joven  muchacha. Como  regalo  de boda  te  traeré  trigo, te  trae­
     ré habas, te  traeré grano gunida de mi  campiña. Te traeré todo lo  que
     sea bueno para  ti. Joven Inanna, te voy a traer cebada  tun y judías sal.




                         INANNA Y  BILULU

        Una  tablilla  sumeria,  localizada  en  Nippur,  y  redactada  a  comienzos
       del segundo  milenio  a.C.,  con  notables pérdidas  textuales  en  diferentes
       pasajes, presenta  en  sus  cuatro  columnas,  y  bajo  la forma  de  un  canto
        «ulilla»,  un  mito  asociado  a  la  invención  del  odre.  Dicho  canto  hubo
       de ser recitado durante las fiestas  de Dumuzi, probablemente, en la ciu­
       dad  de  Badtibira.  Con  este  texto,  de  estilo  conciso,  mezcla  de  elemen­
       tos fabulosos  (caso  de la presencia  de  un francolín), y de compleja  inter­
       pretación,  se  quiso justificar,  en parte,  el  incorrecto  comportamiento  de


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