Page 204 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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— Únicamente calmarían el corazón de Dumuzi, su madre Sir-
tur, y la señora Geshtinanna, nativa de Kuar, como él, joven mujer
a la que admiran y aclaman los «cabezas negras», la estrella que
danza, que sabe proferir lamentos y gritos de duelo, la que inter
cedía cerca del rey, por Dumuzi. Asimismo, Inanna, en compañía
de Geshtinanna, podrá deplorar a Dumuzi.
A un tiempo las tres mujeres se pusieron a emitir trenos de dolor.
Cada una de ellas gritaba:
— ¡Hago oír mi lamentación con vosotras, mi lamento por ti,
Dumuzi! ¡Mi lamento por ti!
¡Cuán digna del pastor Dumuzi se mostró Inanna! ¡Cómo se
ocupó de su lugar de reposo! ¡Cómo vengó a Dumuzi!
Inanna, sola, elevó su lamento por encima de las lágrimas de las
otras dos diosas:
— ¡Hago oír mi lamentación con vosotras, mi lamento por ti,
Dumuzi! ¡Mi lamento por ti en el lugar en donde naciste! Elevo
mi lamento por ti en la estepa. Mi lamento por ti hasta el infernal
reino de Arali, mi lamento por ti hasta Dushuba, hasta Badtibira,
mi llanto por ti en la dehesa. ¡Haré oír mi lamento con vosotras
por Dumuzi!
En verdad, cuán digna de Dumuzi se mostró la diosa Inanna, a
quien vengó adecuadamente, matando a Bilulu y convirtiéndola en
odre para el agua fresca, odre destinado a calmar la sed de Dumuzi.
LA PASIÓN DEL AMOR
Una canción sumeria, tipo «tigi», de unas 60 líneas, presenta, median
te un monólogo mantenido por la diosa Inanna, los requiebros pasio
nales que Dumuzi le hizo inmediatamente después de enamorarse de
ella. El texto, conocido también como Las astucias de las mujeres, hubo
de recoger (el pasaje está lamentablemente perdido) la habilidad de Inan
na para lograr que Dumuzi la pidiese previamente en matrimonio antes
de que ella le concediese sus favores. Dentro de su sencillez, la canción
contiene pasajes de alto interés lírico.
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