Page 207 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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LA  BODA  DE  D U M U ZI  E  INANNA

         Una  composición sumeria,  tipo  «kungar», se centró  en  cantar el cortejo,
        matrimonio  y  luna  de  miel habidos  entre Dumuzi  e  Inanna.  El  texto
        que ha llegado —poco más de un centenar de líneas—  presenta muchas
        lagunas, por lo  que su  hilo  conductor narrativo  se pierde  en  vanas  oca­
        siones. Argumentalmente, la  historia  encierra  observaciones  de gran  inte­
        rés  sociológico,  como podrían  ser  el  temor  de  las  mujeres  ante  maridos
        bruscos,  el  desconocimiento  de  las  tareas  domésticas  entre  las  clases  ele­
        vadas y la  triste condición de las esposas, sometidas a rudas tareas hoga­
        reñas.  Desde  el punto  de  vista  del  derecHWmatrimonial  la  narración
        testimonia que el acto formal de una boda sumeria concluía con la aper­
        tura  de  la puerta por parte  de  la  novia  a  5«  novio.


        En  aquel  día, enteradas  las jóvenes  diosas  de  la  inminente  boda
     de  su  amiga, la diosa  Inanna, acudieron junto  a  ella  a felicitarla. En
     diferentes  lugares  de  la  casa, esto  es, del  resplandeciente  templo  de
     Uruk, se  hallaban  los  magníficos  regalos  que  la  diosa  había  recibi­
     do  tanto  de  parte  de  su  futuro  esposo, Dumuzi, como  de  los  ami­
     gos  de  éste.  Rodeando  a  la joven  diosa,  con  gran  algarabía,  todas
     ellas, contentas, le  dijeron:
        — ¡Oh ïnanna, qué regalos tan generosos has recibido!  ¡Tu novio,
     el señor Amaushumgalanna, es  generoso!  ¡Sus  amigos  son  generosos
     también!  ¡Inanna, que  capturas países  enemigos  como pájaros, Nine-
     galla, tu novio y sus amigos son señores generosos!  ¡Oh tú, que aplas­
     tas  países  enemigos  como  quien  aplasta  huevos,  Inanna,  tu  novio  y
     sus amigos son señores generosos! Amaushumgalanna está en primer
     lugar; el labrador es el segundo en cuanto  a sus regalos; no  otro, sino
     el  cazador  de  aves,  es  el  tercero;  el  pescador,  el  hombre  en  medio
     del  marjal, es  el  cuarto. Estos  amigos  te  quieren  mucho.
        Inanna, nerviosa, respondió  a  sus  amigas:
        — Dejadme  a mí, la  Señora, enviar un  mensajero  al pastor, a  mi
     novio. Debo indicarle la fecha de la boda. Que mi enviado haga que
     Amaushumgalanna  me  obsequie  en  el  día  de  mis  esponsales  con
     las  primicias  de  la  mantequilla  y  de  la  leche  de  su  redil. Dejadme


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