Page 262 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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— Todos  nosotros  —seguía  argumentando  Enlil— ,  los  grandes;
        Anunnaki  habíamos  tomado  unánimemente  un  compromiso. Ani|
        y Adad, como  recordaréis, se  encargarían  de  supervisar las  regiones!
        de  arriba, yo  controlaría  las  de  abajo.  Pero  tú  — ahora  se  dirigi^
        directamente a Enki—  interviniste entonces para liberar a los hom|
        bres  desligándoles  de  sus  cadenas.Y  encima les permitiste  un  óptiíi
        mo  rendimiento.


           Faltan  unas  30  líneas,  en  las  que  Enlil  haría  conocer su  decisión  de
           enviar un  Diluvio.  La  noticia generaría  una  amplia  discusión.


           Enki  no  estuvo  de  acuerdo  con  aquellos  argumentos.  Por  ellaí
        tomando  la  palabra  dijo:
           — Os recuerdo, grandes dioses, que yo  os liberé de vuestro pesa|
        do trabajo, al imponer vuestra tarea a los hombres.Vosotros les habéis
        otorgado  el  ruido  debido  a  su  aumento  después  de  haber  incluso
        inmolado a un dios para así dotar al hombre de un espíritu.Y ahor­
        ra, en esta sesión asamblearia, ordenáis su eliminación. ¿Seríais capa­
        ces  de  su  retorno  a  la  nada?  ¡Hagamos  prestar juramento  en  este
        sentido  —así  lo  habéis  decidido—   al  príncipe  Enki!
           Después  de  aquellas  palabras  que  significaban  una  clara  oposi­
        ción  al  Diluvio,  Enki  continuó  hablando  a  los  dioses,  sus  hefl
        manos.
           — ¿Por  qué  me  queréis  atar a  un juramento?  ¿Acaso  podré lie:
        var mi  mano  contra  mis  criaturas? Y   este  Diluvio, del  cual  habláis
        ¿de  qué  se  trata? Yo lo ignoro  todo  acerca  de  él. ¿Lo  debo  prodü
        cir yo?  ¡No!  ¡Eso  es  tarea  de  Enlil!  Que  él  decida y  que  lo  orde
        ne: Y  entonces  que  Shullat y  Hanish, heraldos  del  dios Adad, mar
        chen  a  la  cabeza  de  ese  cortejo  fatal.  Que  Nergal  arranque  lo:
        puntales de las compuertas celestes. Que Ninurta marche para hacei
        desbordar los  diques  del  cielo.


           Una  extensa  laguna  textual  impide  conocer  la  discusión  tenida  en  H
           Asamblea  de  dioses.  De  todos  modos,  un par  de  líneas  confirman  Id
           decisión  de  enviar  un  Diluvio  a  la  tierra.


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