Page 291 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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Mientras tanto, Namtar ya había arribado a los Infiernos y dado
cuenta de lo ocurrido a su señora Ereshkigal.
La diosa, furibunda, por la falta de respeto cometida hacia su
insigne persona, con la mirada hiriente y afiladas palabras, le dijo a
su mensajero:
— Vete, Namtar, otra vez al cielo, y de parte de su hermana,
infórmales de mi decisión: «¿Dónde está el dios que no se levantó
ante mi mensajero? Enviádmelo para condenarlo a muerte, porque
yo lo quiero matar.»
Namtar se fue, pues, a parlamentar con los dioses y aquéllos,
habiéndolo convocado, discutieron con él acerca de la taxativa y
cruel petición de Ereshkigal. Tras ello dijeron a Namtar:
— Busca bien y cuando hayas visto al dios que no se levantó ante
ti, aprehéndelo y llévalo a tu Señora.
Cuando Namtar los examinó, advirtió que el último de los dio
ses tenía la cabeza rasurada. Sin embargo, dijo a los dioses:
— No, no he reconocido al dios que no se levantó ante mí.
Y marchó a hacer su informe a Ereshkigal.
— Señora mía — le dijo Namtar ya en los Infiernos— , he visto
a todos los dioses y los he examinado. Entre ellos observé que el
último tenía la cabeza rasurada, pero no he reconocido entre ellos
al dios que no se levantó ante mí.
Ereshkigal abrió la boca, tomó la palabra y le dijo a su mensajero.
— Bien, a fin de encontrarlo, irás al cielo todos los meses.
Todos los meses los dioses celebraban su banquete. Y cada vez
que Namtar iba al cielo coincidiendo con aquella celebración, Ner-
gal se ponía nervioso. Sin embargo, seguía sin ser reconocido, pues
trataba de ocultarse. Aquello no le tranquilizaba; al contrario, le
provocaba amargas lágrimas. Una de aquellas veces Nergal acudió
ante Ea, su señor.
— ¡No puedo aguantar más! — le dijo nervioso— .Ya sabes que
temo por mi vida. Cuando Ereshkigal dé conmigo y me vea, no
me dejará con vida.
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