Page 293 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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Una vez en el interior del palacio, cogió a Ereshkigal y aga
rrándola por sus cabellos la sacó fuera de su trono arrojándola a
tierra para cortarle la cabeza.
— ¡No me mates! — decía ella— . ¡Hermano mío, no me mates!
¡Déjame decirte una palabra tan sólo!
Cuando Nergal oyó aquella súplica, aflojó el crispar de sus manos
y la diosa, con lágrimas y sollozando, le dijo:
— Sé mi esposo y yo seré tu mujer. Te haré poseer la realeza sobre
los Infiernos. Te entregaré además la Tablilla de la Sabiduría. Tú
serás el Señor, yo la Señora.
Al oír Nergal aquellas palabras la tomó en sus brazos, la besó y
le enjugó sus lágrimas, diciéndole después:
— Lo que tú has querido hacer de mí, desde hace unos meses,
he aquí, ahora, bien realizado.
Versión reciente*
Un día en el que los dioses iban a celebrar un banquete, Anu
abrió la boca y dirigió estas palabras a su mensajero Kakka:
— ¡Kakka! Te voy a enviar al País sin retorno a decirle a mi hija
Ereshkigal, la Señora del Infierno, esto: «Tú, tú no puedes subir
aquí arriba, por lo tanto este año no vendrás al banquete. Noso
tros no podemos descender y no descenderemos a tu Casa en estos
meses. Que venga, pues, tu delegado: a la hora de los postres él
recibirá la parte que a ti te toca del festín. Todo lo que yo le entre
gue te lo llevará íntegramente.»
Kakka bajó, pues, la larga escalera del cielo y cuando llegó a la
puerta de Ereshkigal, llamó con fuerte voz:
— ¡Portero! ¡Abreme la puerta!
— Entra, Kakka — le respondió el portero— .Y que el espíritu
protector de la puerta te acoja favorablemente.
* El comienzo del texto está perdido.
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