Page 299 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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con agua pura, una y otra vez en compañía de dos hijas y de dos
dioses, uno de ellos llamado Enmeshar. A todos les decía:
— Rociad con agua pura todos los aposentos, porque el envia
do de nuestro padre Anu, una vez que haya vuelto, comerá mi pan
y beberá mi agua.
Namtar, sin embargo, abriendo su boca le dijo estas palabras a
su Señora:
— Ereshkigal, ese enviado de Anu que había venido aquí, ha
desaparecido antes del amanecer. Ha evitado cumplir el plazo de
siete días y siete noches. Además mintió al indicarme que tú lo
enviabas de vuelta a tu padre con un mensaje.
Entonces Ereshkigal lanzó un grito terrible y desde su trono se
arrojó al suelo. Las lágrimas caían amargamente de sus ojos y sobre
sus mejillas chorreaban los lloros.
— ¡Erra! ¡Nergal! — gritaba ella— . ¡El compañero que me col
maba de placer me ha abandonado antes de que me hubiese sacia
do de él! Me ha abandonado Erra, el «esposo» que me llenaba
de placer antes de que me hubiese saciado del amor que me
daba.
Namtar, oyéndola, le dijo:
— Mi Señora, envíame ante Anu, tu padre, y cogeré a ese dios
y me apoderaré de él y te lo traeré para que te siga besando.
Ereshkigal le contestó a su visir Namtar:
— Ve y dirígete hacia la puerta de Anu, Enlil y Ea y les dirás
de mi parte: «Desde que fui niña y luego joven nunca conocí las
travesuras de las adolescentes, jamás conocí los retozos alegres de
las muchachas. Ese dios que me habíais enviado y que me ha hecho
el amor, ojalá que pueda retornar a dormir conmigo. Enviádmelo
para que sea mi esposo y que permanezca conmigo día y noche.
En la actualidad, vedme aquí mancillada e impura, impropia para
ocupar un asiento en el tribunal de los grandes dioses residentes
en el Infierno. Si no me lo enviáis, en virtud de los poderes del
Infierno, la Gran Tierra, haré remontar a los muertos para que
devoren a los vivos. Y los muertos sobrepasarán en número a los
vivos.»