Page 302 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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Cada  uno  de  ellos  obligó  a  Nergal  a  que  depositara  los  objetos'
      que portaba. Desposeído de todos, entró al final en el amplio patio;
     de  Ereshkigal.  Sonriendo,  se  dirigió  hacia  ella. Y   la  cogió  por  suj
      chal  y  la  hizo  descender  de  lo  alto  de  su  trono.  Luego,  cogién­
     dola  por  sus  cabellos  rizados  la  apretó  contra  sí,  manifestándole-
     todo  el  amor  que  sentía  en  su  corazón  por  ella. Y  arrebatados  de
     nuevo,  uno  y  otro,  por  una  mutua  pasión,  se  precipitaron  en  el
     lecho  con  fogosidad.  Un  primer  día,  un  segundo  día,  la  reina
     Ereshkigal  y  Erra  durmieron juntos.  Igualmente,  un  tercero,  un
     cuarto,  un  quinto,  un  sexto  y  un  séptimo  día,  consumiendo  así
     las  siete  noches  en  el  Infierno.  Cuando  llegó  el  octavo, Anu, des-r
     de  el  cielo,  abrió  su  boca  y  dirigió  estas  palabras  a  su  mensajero
     Kakka:
        — Kakka,  te  voy  a  enviar  al  País  sin  retorno,  a  la  morada  de
     Ereshkigal,  que  reside  en  el  Infierno  para  que  le  digas:  «Este  dios
     que  te  he  enviado  permanecerá  contigo  toda  la  Eternidad.  Él  no
     formará ya nunca más parte del Mundo  Superior, sino  que, en ade­
     lante, lo  será  del  Mundo  Inferior.»


        El final  del  mito falta por  rotura  de  la  tablilla. Alrededor  de  unas  12
        líneas  contendrían  el  discurso  de Anu,  confirmando  el  destino  asignado
        al  dios  Nergal como  titular del  Infierno,  y  el colofón  del  texto.



            EL  DESCENSO  DE  ISHTAR A  LOS  INFIERNOS


        Este mito,  de claro  origen sumeno, fue  retomado por su  especial impor­
        tanda  en  tiempos postenores  finales  del segundo  milenio  a.C.)  y  veri
        tido  al  acadio.  De  tal  adaptación — muy concisa, por otra parte—  han
        llegado  tres  versiones, dos  de ellas procedentes  de Assur y una  tercera de
        Nínive  (ésta  constituida  por  138  líneas).  La  narradón,  que  encierra
        alusiones  a  verdaderas  catástrofes  cósmicas,  motivadas por  la  retención
        de Ishtar en  el Infierno, alude claramente  también  al dclo  de la vegeta­
        ción,  representado  en  las figuras  de  Tammuz  (Dumuzi)  y  de  Gesh-
        tinanna.


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