Page 326 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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— Fue Ea, mi señor, quien me dijo: «No comas, no bebas» — con­
       testó Adapa.
          — ¡Cogedlo  y  enviadlo  de  vuelta  a  la  tierra!  — sentenció  Anu.


          Aquí finaliza  el  texto  localizado  en Tell el-Amarna.  Un pequeño frag­
       mento, que  no  conserva  el comienzo, procedente  de  Nínive, justifica  a Ada­
       pa,  a  quien  le atribuye  determinados poderes  de  tipo  curativo.

          Anu  se  rió  con  fuerza  de  lo  que  había  dicho  Ea, replicando:
          — De cuantos dioses del cielo y de la tierra existen, ¿quién jamás
       dio  esa  orden?  ¿Quién  puede  lograr  que  su  orden  exceda  a  la  de
       Anu?
          Pero Adapa  contempló  los  cielos  desde  su  base  hasta  su  cénit y
       pudo  ver  el  esplendor  insostenible  de Anu. Entonces Anu  puso  su
       mano, favorablemente, por  encima  de Adapa, al  tiempo  que  decre­
       taba la  total franquicia para la  ciudad  de  Ea y, como  destino, orde­
       nó  glorificar  en  el  futuro  a  su  sacerdocio.
          — Y  puesto  que  Adapa,  el  retoño  humano,  por  sus  propios
       medios, victoriosamente, quebró  el  ala  del Viento  del  Sur  e  impu­
       nemente  subió  al  cielo,  ¡que así  sea! Todo lo  que  el Viento  del  Sur-
       haga de  mal  a la humanidad, cualquier enfermedad que  haya  colo-;
       cado  sobre  el  cuerpo  de  los  hombres,  Ninkarrak,  la  diosa  de  la;
       salud  y  de  la  curación,  con Adapa  los  podrá  aliviar  ¡Que  se  vaya,
       pues,  la  dolencia!  ¡Que  se  aparte  la  enfermedad!  Pero  sin  él,  ¡qué
       sobrevenga la  fiebre y  que  el  enfermo  no  pueda  descansar  en  dulrí
       ce  sueño!




















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