Page 43 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
P. 43

interesante  mito, puesto  por  escrito  en  época  paleobabilónica,  acerca  de
        los orígenes de las cosas y también  del hombre, creado a partir del barro.
        El acto creador se  inserta en  una controversia  entre Enki  y Ninmah  de
        la  que  sale  vencedor Enki.


        En aquellos  días, cuando  el cielo y la tierra habían sido  ya sepa­
     rados,  en  aquellas  noches  en  las  que  cielo  y  tierra  ya  habían  sido
     desunidos, en  aquel  año  en  el  que  se  determinaron los  destinos  de
     los  dioses,  cuando  los Anunna  — progenie  celeste—   fueron  crea­
     dos,  cuando  las  diosas  se  hubieron  desposado, cuando  cada  una  de
     ellas se hubo  situado  en su lugar — unas  en  el cielo, otras  en la  tie­
     rra— ,  cuando  fueron  fecundadas  y  se  convirtieron  en  madres,  y
     cuando  los  dioses  debían  procurarse  su  comida  y  su  bebida, todos
     pusieron  su  atención  e  interés  en  el  trabajo.
        Los  dioses  de  primer rango  realizaban  trabajos  de  responsabi­
     lidad, trabajos  llevaderos, pero  los  de  segundo  rango  se  ocupaban
     de  los  trabajos  más  fatigosos. Excavaban  canales,  amontonaban  la
     tierra  en  Harali,  molían  el  cereal.  ¡Por  eso  se  lamentaban  de  su
     suerte!
        Cuando  ocurría todo aquello, Enki, el sumamente sabio, el crea­
     dor  de  todos  los  dioses,  se  hallaba  descansando  en  su  lecho:  no
     cesaba  de  dormir. Y  los  dioses  no  se  cansaban  de  gemir y  de pro­
     testar, diciendo:
        —La  causa  de  nuestro  malhumor  la  tiene  El,  que  siempre  está
     durmiendo,  ¡que  nunca  se  levanta!
        Nammu,  sin  embargo,  la  madre  primordial, la  que  dio  a  luz  a
     todos  los  dioses, llevó  a  su  hijo  Enki  la  queja  de  los  dioses:
        — ¡Hijo mío, tú reposas, estás durmiendo, no interrumpes tu sue­
     ño, pero  los  dioses,  mis  criaturas,  te  recriminan  eso. Abandona  tu
     lecho, ejerce  tus  talentos  con  inteligencia  y  fabrica  unos  sustitutos
     a los  dioses  a  fin  de  que  ellos  cesen  de  trabajar.
        A las palabras de Nammu, su madre, Enki se levantó de su lecho
     y  tras  abandonar  su  morada,  el  inteligente,  el  sabio,  el  avisado,  el
     hábil,  el  creador  que  da  formas  a  todo,  confeccionó  una  matriz
     que  situó  cerca  de  sí  y  que  estudió  con  suma  atención.



                                -  46  -
   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47   48