Page 44 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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Y cuando Enki, el creador por naturaleza, hubo sutilmente pues­
    to  a punto  el proyecto, se  dirigió  a su  madre, a  Namrau, y le  dijo:
       — Madre mía, la criatura en la que tú habías pensado, mírala aquí,
    dispuesta  a  librar  a  los  dioses  de  su  trabajo.  Cuando  hayas  mezcla­
    do  un  pedazo  de  barro  sacado  de  las  orillas  del  Abzu,  el  barro
    tomará  la  forma  de  esta  matriz,  de  este  molde, y,  cuando  quieras,
    tú misma le  darás la naturaleza, su  espíritu, y se convertirá en hom­
    bre.
       Tras  decirle  aquellas  importantes  palabras  acerca  de  la  creación
    de  un  nuevo  ser, Enki  continuó:
       — En  tal  tarea  te  asistirá  Ninmah,  la  diosa  tierra. Y  también
    Ninimma,  Shuzianna,  Ninmada,  Ninbara,  Ninbug,  Musargaba  y
    Ninguna. Todas  ellas  serán  tus  auxiliares. Y  tú, madre  mía, decidirás
    el  destino  de  la  nuevas  criaturas. Y  Ninmah  les  ordenará  que  tra­
    bajen  por los  dioses.  ¡Así  ellos  quedarán  liberados  de  tal  tarea!
       A  continuación, y  tal  como  les  había  sido  ordenado, las  diosas
    dieron origen a los hombres, a la humanidad. Uno  tras otro, nume­
    rosos  pedazos  de  barro  eran  encerrados  en  la  matriz  creada  por
    Enki. Y   aquel  molde  fue  alumbrando  figuras y  figuras  humanas.
       Enki  se  alegró  de  su  obra,  llevó  el júbilo  a  su  corazón. Y  las
    diosas  se  felicitaron  también.  Para  celebrar  aquel  éxito  Enki  orga­
    nizó  una  gran  fiesta  en  honor  de  Nammu,  su  madre,  y  de  Nin­
    mah. A Nammu, la responsable de la primera matriz, le dio a comer
    gusag a modo  de  pan. Y  para An, dios  del  cielo y padre  de  los  dio­
    ses, y Enlil, dios del viento y del diluvio, el señor Nudimmud, crea­
    dor  del  hombre, hizo  asar soberbios  cabritos.
       Todos  los  dioses  celebraron  aquel  acontecimiento  y  no  cesaron
    de  alabar  a  Enki,  el  autor  del  proyecto:
       — ¡Oh  señor  del  gran  entendimiento!  ¿Quién  es  más  sabio  que
    tú?  Enki,  gran  señor,  ¿quién  puede  igualar  tus  acciones?  Como
    padre y progenitor eres tú quien tiene los grandes poderes del mun­
    do. Tú  eres  el  gran  poder, tienes  los  me.
       Y  dado  que  Enki  y  Ninmah  después  de  haber  bebido  cerveza
    con  abundancia  tenían  su  corazón  totalmente  alegre, dijo  Ninmah
    a  Enki:


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