Page 69 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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— Y fue al héroe, al toro salido de un bosque hashur, rugiente
león, a Utu el valiente, el toro bien plantado, que ostenta con orgu
llo su poderío, el padre de la «Gran Ciudad», en el Oriente, el gran
heraldo del santo An, el juez que dicta las sentencias en el lugar
de los dioses, aquel que, adornado de una barba de lapislázuli, sube
al horizonte del cielo, a Utu, el hijo de la diosa Ningal y del dios
Sin, a quien le confió la totalidad del universo.
— Luego atirantó la urdimbre y dispuso la trama. Con ello Enki
perfeccionó grandemente lo que es trabajo de mujer. Así, gracias a
Enki, se pudieron confeccionar vestidos preciosos.
— Y fue al ornamento de los palacios, al adorno de los reyes, a
Uttu, la fiel y silenciosa, a quien le entregó tal tarea.
— Sin embargo, aquella que no había recibido en absoluto nin
gún tipo de oficio acudió a su padre, Enki, y, humillada, se puso a
recriminarle, llorando con gran alboroto. En medio de sus lágri
mas pudo decirle:
— «Padre Enki, de entre todos los Anunna, los grandes dioses,
Enlil te ha dejado en libertad para decretar el destino. Pero a mí,
la mujer, ¿por qué me has dejado a un lado? ¿Por qué me tratas
de otro modo?»
— Tras aquellas palabras, la diosa continuó con su queja elevan
do incluso un poco más su voz.
— «¿Cuáles son las funciones para la santa Inanna? ¿Te has olvi
dado de mí?»
— Después de una breve pausa, y sin dar tiempo a que Enki le
contestase, prosiguió Inanna recordándole las atribuciones que había
otorgado a otras diosas.
— «Aruru, la hermana de Enlil, conocida también como Nintu,
patrona del nacimiento, ha recibido como signo de su prerrogativa
el ladrillo sagrado del parto, sobre el cual las mujeres dan a luz a
sus hijos. Ella posee el instrumento para cortar el cordón umbili
cal, la piedra imantada, ha recibido el vaso silgarra de lapislázuli, ha
recibido el santo ala, recipiente consagrado. De esta manera Aruru