Page 72 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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de su madre y de su padre decidió volver. Ashimbabbar decidió
volver a la ciudad de Enlil, dios de la atmósfera y rey del diluvio,
y de Ninlil, su querida esposa. Se dijo a sí mismo:
— Yo, el héroe, quiero acudir a la ciudad en donde nací, Nip
pur. Retornaré a mi ciudad: allí iré a visitar a mi padre. Iré a visi
tar a mi padre Enlil. También, por supuesto, iré a visitar a mi madre.
Iré a visitar a mi madre Ninlil. Visitaré aquella ciudad luminosa, en
verdad, un santo lugar.
Tras aquellas palabras continuó el dios Nanna con su monó
logo:
— Sí. Mi ciudad, Nippur, es inmensa, en ella se yerguen sobre
un emplazamiento bendito numerosos árboles kishkanu. En ella se
halla mi santuario de Nippur, rodeado de kishkanu. ¡Oh, Nippur
mío, de asiento tan favorable! ¡Santuario mío de Nippur, con nom
bre de buen augurio! ¡Nippur mío, de asiento tan favorable! ¡San
tuario mío de Nippur, con nombre de buen augurio! Ciudad extraor
dinaria en la que ya crecían palmeras mucho antes de que existiera
Dilmun, el paradisíaco lugar de los dioses. ¡Nippur! Ciudad en la
que Ninlil, la gran diosa madre, va vestida de precioso lino.
Después de alabar a la ciudad de Nippur, Suen envió por todas
partes a mensajeros comisionados a fin de poderse construir una
pequeña flotilla fluvial en la que sobresaliera un precioso barco real
que le sirviera para acudir, embarcado en él, a dicha ciudad. Envió,
por lo tanto, a buscar, en primer lugar, abundantísimos manojos de
cañas. Para buscar las cañas de la futura barca Nanna-Suen envió a
un mensajero a Tummal. Para acopiarse del asfalto necesario para
la barca Ashimbabbar envió al Abzu a un mensajero. Para sus milla
res de manojos de esparto Nanna-Suen envió a un mensajero a
Duashaga. Para procurarse sus bicheros, Ashimbabbar envió a un
mensajero al Bosque de los Cedros. Para la madera con la que
construir la carena del barco Nanna-Suen envió a un mensajero al
Bosque de Kununna. Para los maderos del codaste Ashimbabbar
envió a un mensajero a la montaña de los cedros olorosos. Para el
suelo del barco Ashimbabbar envió a un mensajero al Bosque de
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