Page 111 - El nuevo zar
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así. Simplemente, pude percibir que por dentro estaba tratando de pergeñar un
plan.» Liudmila pasó un mes en la Academia Médica Militar, donde luego
descubrieron la fractura en la base del cráneo. Tras dejar el hospital, tuvo que
utilizar un corsé ortopédico durante meses.
Putin ponía su confianza en aquellos a quienes conocía mejor, y muchos
de ellos eran de los «órganos del poder». A esos amigos luego se los
conocería como siloviki, vocablo derivado de la palabra que significa
«fuerza», debido a sus antecedentes en los servicios de seguridad o el ejército.
En momentos de crisis, esos eran los hombres que él sabía lo ayudarían con
abnegación. Putin desconfiaba de casi cualquier otra persona. En el caso de
las lesiones de Liudmila, Putin había confiado en Ígor Sechin, luego en
Shevchenko y, más tarde, en su nuevo amigo en el Dresdner Bank, el antiguo
hombre de la Stasi Matthias Warnig. Fue el del Dresdner el que coordinó —y
pagó— el tratamiento médico que Liudmila recibió en una clínica en Bad
Homburg, Alemania, pues el deteriorado sistema de salud de Rusia no se lo
podía brindar.[6] El hecho de que Putin no pudiera solventar por sí mismo el
coste del tratamiento en el exterior parecía refutar los alegatos de los críticos
de que él, también, se estaba enriqueciendo personalmente en la
Administración de Sobchak. De todos modos, Putin tenía la noción, rusa por
excelencia, de que la ayuda, en crisis o no, venía de los contactos, del
intercambio de favores. Siempre recordó actos de lealtad como el de Warnig,
así como nunca perdonó las traiciones.
Luego de la disolución por parte de Yeltsin del concejo de la ciudad tras la
crisis de 1993, el poder de Sobchak en San Petersburgo parecía irrefutable.
Por medio de un decreto escrito por él —y que Yeltsin firmó— se logró que la
autoridad se trasladara drásticamente del concejo de la ciudad a la oficina del
alcalde en el momento en que San Petersburgo se preparaba para celebrar las
elecciones de marzo de 1994. El decreto creaba un Poder Legislativo nuevo y
reducido: en lugar de cuatrocientos miembros, la nueva asamblea legislativa
tendría solo cincuenta. En teoría, se trataba de una reestructuración
democrática de la división de poderes, pero en la práctica Sobchak consolidó
su control sobre casi todos los asuntos de la ciudad. El 16 de marzo, cuatro
días antes de las elecciones, remodeló el Gobierno de la ciudad: se nombró
jefe del Gobierno y eliminó los comités que antes habían rendido cuentas al
vicealcalde, en tanto afianzó otros. Los directores de los tres comités más
importantes —aquellos que supervisaban finanzas, relaciones internacionales