Page 117 - El nuevo zar
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minutos  en  el  aire  cada  uno.  El  riesgo  que  Sobchak  y  Putin  no  lograron
               anticipar fue que realizar la votación antes de las elecciones presidenciales
               seguramente  iba  a  disminuir  el  porcentaje  de  votantes  y,  además,  afectaría
               negativamente sus probabilidades de ganar, como le había advertido Yúriev.


                    Sobchak  se  inquietó.  Sospechaba  que  sus  enemigos  en  Moscú  estaban
               conspirando en su contra. Incluso voló a Moscú en marzo para pedirle apoyo
               a  Yeltsin,  pero,  en  cambio,  encontró  que  la  amistad  entre  ellos  se  había

               desvanecido. Las perspectivas de reelección del propio Yeltsin ese año eran
               catastróficas, y él y sus consejeros temían embates de todos lados, reales e
               imaginarios. Parece que un vice primer ministro de Yeltsin, Oleg Soskovets,

               le había contado que Sobchak, durante una reunión con el canciller alemán,
               Helmut Kohl, había expresado una preferencia por reemplazar a Yeltsin con
               Víktor Chernomirdin.[18] La paranoia de Sobchak no estaba fuera de lugar.

               Dentro de un plazo de días desde la reunión de Sobchak en el Kremlin, el
               tamaño de la intriga política en su contra se volvió evidente. El poderoso jefe

               de seguridad de Soskovets y Yeltsin, el teniente general Aleksandr Koryakov,
               tenía ciertamente su propio candidato en mente para hacer frente a Sobchak
               en San Petersburgo. No era uno de los muchos que ya estaban en la carrera
               electoral, sino el propio vicealcalde de Sobchak, Vladímir Yákovlev. Habían

               estado  entrenándolo  secretamente  durante  meses,  mientras  los  fiscales
               agudizaban las investigaciones contra Sobchak y su personal. El 27 de marzo,

               Yákovlev  anunció  inesperadamente  que  iba  a  formar  parte  de  la  campaña
               contra su propio jefe.

                    Yákovlev,  que  a  los  cincuenta  y  dos  era  siete  años  más  joven  que

               Sobchak, era un ingeniero de la construcción, un antiguo burócrata del Partido
               Comunista  que  había  hecho  la  transición  hacia  la  nueva  democracia,  como
               Vladímir Putin, bajo la tutela de Sobchak. Había sido un comunista leal hasta
               que  el  partido  fue  proscripto  en  1991,  aun  cuando  en  1982  había  sido

               despedido de un comité ejecutivo regional por utilizar su puesto para comprar
               un coche para uso personal.[19] Trabajaba como jefe de ingeniería para una

               compañía  de  construcción  de  viviendas  cuando  Sobchak  lo  contrató,  en
               octubre de 1993. Un año más tarde se unió a Putin y Alekséi Kudrin como
               primeros vicealcaldes. Yákovlev no tenía un perfil público mayor que el de
               Putin,  pero  tenía  más  ambición  y  menos  lealtad,  y  aceptó  el  apoyo  que

               Koryakov y Soskovets le prometieron para expulsar a su propio jefe.

                    El anuncio impactó a Sobchak, que de inmediato despidió a Yákovlev. Si
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