Page 174 - El nuevo zar
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Cuando se realizaron las votaciones, noventa y cuatro de los cuatrocientos
cincuenta diputados no se presentaron, lo cual hizo más difícil alcanzar los
trescientos votos requeridos para que se aprobara cada artículo del juicio
político. Aun así, doscientos ochenta y tres de los presentes votaron para
destituir a Yeltsin por la guerra en Chechenia, a la que los liberales se habían
opuesto con casi tanta pasión como los rivales conservadores de Yeltsin;
doscientos sesenta y tres votaron a favor del artículo correspondiente a los
sucesos de octubre de 1993. Los otros artículos quedaron más atrás, pero
todos recibieron una mayoría abrumadora de votos de aquellos presentes, y
solo por poco no se logró su destitución.
La maniobra de Yeltsin con Stepashin no había afectado el resultado del
debate tanto como él pensaba, pero, cuando el polvo se asentó, el 19 de mayo
la Duma votó, de forma sorprendente y abrumadora, por aprobar la
candidatura de Stepashin a primer ministro. Los diputados calcularon que no
sería más que un primer ministro interino a la sombra de un presidente herido
de muerte hasta que las elecciones presidenciales se celebraran en diciembre.
Y, si el empleo del primer ministro era un trampolín a la presidencia en 2000,
tenían poco que temer de este administrador manso, apolítico. De todos
modos, el respaldo de Yeltsin era el beso de la muerte, y Yeltsin parecía
saberlo. Luego dijo que tenía bajas expectativas respecto de Stepashin… y
tenía una última maniobra para revelar. Quería esperar el momento indicado.
En el día del nombramiento de Stepashin, Putin se reunió con Yeltsin en el
Kremlin y presentó un plan para aumentar la autoridad del FSB en el Cáucaso
Norte. El plan implicaba mejorar «la coordinación y los medios disponibles
para los órganos federales de poder»: en suma, prepararse para la guerra en
una región que estaba saliéndose rápidamente de control, no solo en
Chechenia, donde Moscú efectivamente no tenía autoridad, sino también en
las repúblicas lindantes, como Karacháyevo-Cherkesia, donde las elecciones
locales en mayo amenazaron con provocar un derramamiento de sangre entre
grupos étnicos rivales. Putin no había tenido experiencia en tratar con el
Cáucaso antes de mudarse a Moscú, y lidió con los problemas de la región
primero como inspector del Directorio Principal de Control y, luego, como
director del FSB. Desde las conquistas de Catalina la Grande, las tierras