Page 182 - El nuevo zar
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federal  en  Chechenia;  Putin,  como  jefe  del  FSB  y  jefe  del  Consejo  de
               Seguridad de Yeltsin, estuvo involucrado en la conformación de esos planes.
               Stepashin  luego  diría  que  habían  determinado  el  momento  oportuno  de  la
               operación —agosto o septiembre— mucho antes de la incursión de Basáiev.

               [1] El plan de Stepashin tenía objetivos militares limitados: tomar las llanuras
               en el tercio norte de Chechenia, las tierras bajas hasta el río Térek, y así crear

               un  cordón  sanitario  que  contuviera  el  radicalismo  y  la  delincuencia  en  las
               montañas de la república.

                    Siguiendo los pasos de la incursión de Basáiev en Daguestán, Putin ahora
               tenía algo mucho más ambicioso en mente. Pidió a Yeltsin «poder absoluto»

               para  coordinar  todos  los  ministerios  de  seguridad  y  conducir  operaciones
               militares  —autoridad  que  oficialmente  correspondía  al  presidente  como
               comandante en jefe—. Yeltsin aceptó: era la primera vez que delegaba tanto

               de su prerrogativa presidencial a un primer ministro.[2] El día después de su
               designación  en  agosto,  Putin  declaró  que  los  comandantes  rusos

               restablecerían el control en Daguestán y les dio un plazo de dos semanas. Su
               candidatura no había sido confirmada aún. Para el 13 de agosto, bombarderos
               y helicópteros de combate rusos bombardearon los pueblos ocupados por los
               combatientes  chechenos,  y  Putin  amenazó  con  llevar  la  guerra  aérea  a  la

               propia  Chechenia.  Al  día  siguiente,  los  rusos  hicieron  exactamente  eso:
               bombardearon  los  pueblos  que  las  fuerzas  de  incursión  estaban  utilizando

               como bases.

                    El 16 de agosto, la Duma analizó la candidatura de Putin y, por escaso
               margen,  lo  confirmó  en  su  cargo  tras  un  debate  que  se  enfocó  más  en  la

               campaña electoral que en sus cualificaciones para el puesto o la violencia que
               se desarrollaba en el sur. Recibió doscientos treinta y tres votos, solo siete
               más del mínimo necesario, y muchos menos de los obtenidos por Stepashin,
               Primakov o Kiriyenko.[3] En el mejor de los casos, Putin parecía una figura

               transicional que pronto sería barrida a un lado. En sus breves y entrecortadas
               declaraciones ante el Parlamento, Putin prometió restablecer la disciplina en

               el  Gobierno  y  recordó  a  los  generales  rusos  el  plazo  para  expeler  a  los
               invasores en Daguestán. «Les queda una semana.»

                    Y una semana más tarde los combatientes de Basáiev se retiraron, al haber
               calculado mal la ferocidad de las represalias rusas y la escasez de apoyo local

               en  Daguestán  para  un  levantamiento  islámico.  Aunque  Daguestán  tenía
               adeptos  a  una  cepa  islamista  radical,  la  miríada  de  grupos  étnicos  de  la
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